"Durmiendo con mi amigo extranjero"

612 94 13
                                    

Capítulo 6: Durmiendo con mi amigo extranjero.

Esperar la paga fue un pequeño martirio para Dean. Ni siquiera en la isla cuando los fueron a rescatar estaba nervioso, sino todo lo contrario, pero ahora no parecía ser el mismo Dean. Demoró demasiado, o por lo menos, demasiado para el chico que quería ir corriendo a su casa. En el muelle encontró a un conocido y le preguntó por Sam.

—¡Dean, pensábamos que estabas muerto! No tuvimos noticias de tu barco.

—Sí, emh, fui el único sobreviviente.

—¡Wow, eso es increíble!

—¿Y Sam? ¿Cómo está?

—¿Sam? Bien, bien. Jessica está embarazada.

—¡Embarazada!

—Sí, bueno, tuvo que casarse para que las viejas chismosas no la pelaran viva.

—¡Se casó!

—¡Claro que se casó! No la podía dejar así, ya sabes, las viejas son...

Dean dejó de escuchar. Había perdido mucho de la vida de su hermano y eso lo tenía entre confundido y triste. Castiel tuvo que llamar su atención, para que no dejara sin hablar a su compañero. Dean por fin comprendió, lo que le decía su criatura y pudo conversar un poco más, hasta que los llamaron para entregarles su paga. La recibieron con apuro para irse rápido a la casa del chico.

Castiel tuvo que casi correr para alcanzar a Dean, pero no podía correr mucho, porque no estaba acostumbrado a eso. Jamás había corrido, ni siquiera en la isla.

—¡Dean!

Estaban bastante lejos el uno del otro, pero el tono de voz de Castiel fue tan extraño, que Dean volteó el rostro. Detuvo su marcha para regresar con la criatura, quien venía a penas.

—Lo siento mucho, Cas. Me emocioné mucho.

—Lo siento yo, por no poder seguirte.

—No te preocupes, llegaremos de todas formas. Te iré hablando de mi pueblo, mientras vamos pasando.

—Eso sería lindo.

Dean le dio un tur mientras iban caminando rumbo a su casa. No había mucho que ver y Castiel se sorprendió, que el lugar era tan pequeño, como una de las islas donde estuvieron. El embarcadero era lo más grande que había. Generalmente, era un puerto donde los barcos llegaban por provisiones, nada más. Las provisiones eran tenidas en una bodega por una compañía naviera. La única del pueblo y esta tampoco ayudaban a la economía del pequeño puerto-caleta, porque todo su personal venía de la casa matriz del puerto principal a unos kilómetros al norte.

Después había una plaza muy pequeña con un árbol bastante grande. Al parecer, tenía muchos años, quizás antes de la fundación del pueblo. Caminando en dirección hacia el mar, vieron la pequeña caletita y era muy mona.

Castiel estaba sorprendido de ver algo tan lindo construido por los humanos. Los humanos no construían cosas lindas, sino solo cosas para la guerra, para matarse los unos contra los otros. Eso fue lo que le enseñaron siempre.

Mientras iban caminando, algunas personas se le acercaban para conversar, pero él le decía que debía llegar a su casa y que después conversarían. Incluso algunos, los acompañaron hasta la puerta de una cabaña cerca de la playa. Ni siquiera golpeó la puerta, llegó y entró.

—¡Sam! ¡Sam!

—¿Quién? ¿Dean? —dijo la chica rubia.

Castiel quedó en el umbral de la puerta cuando vio la reunión de la chica con Dean. Esta quedó impactada y perdió el pie. Dean tuvo que tomarla en brazos para que no cayera al suelo. La llevó hasta la habitación, dejándola en la cama.

Mi Hermosa Criatura Marina (Destiel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora