Hay un lugar llamado Parahell, que se encuentra abajo de los cielos y por encima del infierno.
Al parecer todos los vivos estuvieron aquí y aprendieron parte de las cosas que saben en el mundo, pero... han olvidado este lugar, tal vez porque así quisieron.
Para ellos, este lugar es irreal.
Un mito.
Algo que nadie quiere recordar.
Algo que nadie puede recordar.Para mí, ¿qué es Parahell?
La pesadilla de alguien más.
—Y entonces, analizas cada momento de la vida de esta persona, como un destello fugaz transformado en un deseo moribundo hasta la muerte temporal. Las cosas que más lo marcaron y lo hicieron feliz, por las que lloró y sonrió con nostalgia, por el valor de su vida, como si fueras el juez de su destino —Elián subió el tono de su voz al ver la confusión en mi rostro—. Lo sé, es raro que se resuma la vida en un video corto, pero así es. No es imposible, nada lo es.
Terminó de explicar, sacando unas fichas extrañas de un color grisáceo.
—Estos son noun de mínimo valor, lo que te mencioné. Con ellos podrás pagar una prueba y listo, estarás siendo un juez pisoteando uvas para extraer la verdad —me miró seriamente, dejando de lado su humor perturbador—. Y recuerda, solo hay cuatro opciones. Gloria celestial, terrestre, telestial, y el infierno. No lo olvides: el sol, la luna, las estrellas, y la niebla. No hay más. ¿Quedó claro, rarito?
—Ah... sí. —Asentí fingiendo entender sus palabras.
Demonios, el rarito eres tú no yo.
El zumbido resonaba como el canto de una sirena en las profundidades de mi destransformación. Un sonido continuo y punzante. Beep. Beep. Beep.
No sabía la razón de mi presciencia y rápidamente traté de adaptarme para conseguir respuestas. Acababa de aparecer allí y ya me estaban induciendo al mundo de las apuestas, o eso era lo más obvio. Al parecer era algo llamado "Esper". Debía recordar el nombre sagrado que me dió un Ser superior, y debía entender el por qué estaba allí.
¿Pero cómo quieren que recuerde algo que nunca me pregunté?
No sabía qué carajo era un Esper, no recordaba mi nombre, y no sabía qué demonios estaba haciendo en esos momentos. A veces me preguntaba entre murmuros el por qué terminé allí, ganándome miradas extrañas de esos personajes curiosos.
¿Qué estaba haciendo antes de despertar?
—Mocoso, tú siempre encajándole cosas a extraños que acabas de conocer —bufó Drick irritado, tomándolo de su camisa blanca y sacudiéndolo como muñeco de trapo—. Se nota claramente en su rostro de estúpido que no quiere hacer estas cosas, date cuenta. Deberíamos enviarlo a un par de clases en Lux y que él decida por su cuenta lo que quiera hacer, ¿vale? Recuerda que no podemos meternos con el albedrío, y menos con alguien extraño.
¿Extraño? ¿Yo? Caray, él es quien tiene una serpiente albina de mascota prensada a su brazo y yo soy el extraño y rarito aquí. Irónico.
—Tengo razón, ¿o no? —le preguntó a su serpiente. Drick juraba que Baku hablaba, pero era tímido y prefería callarse frente a mí. Estaba completamente loco, pero la fascinación de su piel idílica ante mis ojos me hacía ignorar las raras palabras de Drick.
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Parahell.
Fantasia"Hemos vivido mucho tiempo, ocultando quienes somos en realidad". La historia sigue a dos personajes cuyos destinos paralelos terminan en el mismo sitio donde todo inició y donde nadie es aún. Un Ángel de la Muerte, y un individuo que no recuerda qu...