08. Necesidad.

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Lo bueno del tiempo es que pasa, teniendo vidas agitadas como las que llevábamos a veces el cansancio no permitía pensar y las preocupaciones se diluían arrastradas por las obligaciones, los enojos se disipaban con una alegría y los odios se escurrían entre los dedos. Pasaba siempre porque quisiésemos o no éramos cinco y era imposible no compartirlo todo, incluso cuando en tanta complicidad algunas piezas se conectasen con sentimientos más profundos esto no dejaba de ser trabajo y rutina.

Como fue rutina mentir pues era lo que mejor sabía hacer, cuando nadie ignoró el nombre de aquella amiga de Jjong y comenzamos a verla eventualmente por aquí y allí hasta saberla su novia solidariamente mentimos por él, para resguardarlo como nos resguardamos los unos a los otros.

Y lo acepté, acepté que nuestro tiempo acabó tal vez por mis palabras aquella noche aunque siguiésemos siendo los de siempre riéndonos a solas incluso rodeados de gente, y aunque no fuese cierto ya al recibir la mirada de sus ojos grandes me sentía adorado aún sin serlo.

Recostado mirando el techo del hotel al que acabamos de llegar busqué un instante para recuperarme, algo realmente difícil considerando el ruido creciente. Era imposible descansar mientras el resto se abalanzaba contra Taemin echando patadas al aire en una cama que estaría deshecha en segundos.

Jjong se echó contra mí y decidí liberar un poco de estrés forcejeando. Onew estaba en el suelo, lo descubrí al hacerle compañía tras un giro mal calculado y corroboré que Minho había envuelto a Taemin con las sábanas a punto tal de hacerlo parecer una crisálida. Embestí contra Jjong que tenía un aliado en Onew ya sin objetivo.

-¡Al que me toque lo mato!- forcejeé tanto que mi cuerpo dolió mientras esperaba no correr la suerte de quien logró liberarse de parte de lo que lo cubría aún atrapado entre las piernas de Minho. Gracias al cielo mientras era sostenido el manager interrumpió evitando que acabase peor.

Nos amenazamos mutuamente mientras Taemin por fin libre arremetía contra Onew que trataba de librar a Jjong de la paliza que le estaba propinando

Aunque cosas como estas eran habituales el manager comprendió con el correr de los días que nuestros ánimos estaban más belicosos que de costumbre y sin importar cuan cansados estuviésemos tarde o temprano acabábamos librando alguna batalla. Recientemente había hallado un par de moretones en mis brazos pero cuando comenzaron a circular fotografías dudosas de nuestros cuerpos marcados rumores de todo tipo nos depararon no solo un sermón sino también ser reubicados por separado a lo usual en cada nuevo hotel. No era cómodo pero al parecer nuestros ánimos se veían mas apagados lo cual era tranquilizante para él.

Una parte de mi extrañaba los juegos incluso si me quejaba de ser incluído, participar de ellos era la única forma en la que podía sentirme libre de tener contacto, aunque contra mi criterio prefiriese las descaradas cosquillas y mordiscos de Jjong o los abrazos entre risas de Onew que solían acabar con el roce de sus labios sobre mi piel.

-¿por qué tienes otra vez la habitación simple?...seguro tu cama es grande- Taemin resentido pateó a Onew en el ascensor.

-cuando seas el más viejo te darán una- aclaró Jjong.

-No hay modo de que sea más viejo, ¡entonces me conseguiré una novia y me casaré estando en el grupo!- eso justificaría una cama amplia y una habitación propia sin dudas.

Seguí a Minho que decidió bajar a la piscina, Taemin no estaba por ningún lado, obviamente debíamos buscar a Onew para hallarlo.

-entonces te tocó la cama grande- Minho se asomó a la ventana corroborando la vista, el maknae sentado sobre la espalda del mayor intentaba masajes haciéndolo quejar eventualmente

Winter LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora