07. Enredos.

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-Tienes el cabello laaargo- me incorporé rápidamente al sentir que alguien tomaba sitio en mi espalda, o mejor dicho en mi trasero.

-¿qué diablos estás haciendo?- limpié los restos de pasta dental de mi boca con la mano mientras cerraba la puerta del baño mirándolo rabioso. Muy bien, comprendía, se había levantado empalmado, lo cual no era nuevo, podría haberse quedado en la cama hasta que se le pasase como cualquier persona normal, pero claro, era Jjong y debía presumir su erección conmigo.

No lo había perdonado era cierto, pero me sentía menos molesto hoy. Existían este tipo de días en los que nada me importaba y no dejé de restregarme contra él mientras me lavaba la cara.

-¿Te cortarás el cabello?-

-No está tan largo-

–Lo está, yo te lo digo- aseguró mordisqueándome la nuca. Eché llave a la puerta mientras su lengua saboreaba la menta en mi garganta.

Nuestra pequeña vacación sirvió para distendernos y concluyó conmigo enredado con Jonghyun otra vez. Con un baño borré los rastros de besos de Jin Ki pero la calentura no desapareció con el agua por eso caí sin remedio ante el primer roce de Jjong. Y no pensé en nada más que en mi placer al reencontrarme con quien tan bien me conocía, alguien que era capaz de hacer que una tonta insinuación se convirtiese en una silenciosa y gloriosa follada mientras los demás consideraban que seguíamos discutiendo por los derechos sobre una laptop.

Al regresar a la habitación me sorprendió no ver a Taemin en su sitio y tardé un cuarto de hora en descubrirlo quejándose en el sitio opuesto junto a Onew que evidentemente trataba de dormir a su lado pero se mantenía restregándole la barriga en un gesto que a pesar de ser inútil me pareció de ternura absoluta.

-Esa es la consecuencia de dejarlo hacer lo que quiere- dije molesto de que no me hubiese oído en la cena pero no respondió, me ignoró deliberadamente mientras Taemin sostenía su mano guiando el movimiento y deseé salir de la habitación tanto como pedirles que no hiciesen ruido porque me molestaban, a mi cuerpo dolorido y a mi mente revuelta le molestaba la situación pero me obligué a quedarme y callar dándoles la espalda oyendo al menor suspirar un rato después.

Ambos conversaban y reían tan quedo que creí que estaban cubiertos con algo y me preocupaba, tanto que tuve que constatar que todo fuese normal. Sintiéndome estúpido los miré hasta comenzar a perder contra el sueño procurando ver a quien Taemin resguardaba por completo de mi vista.

Disfruté tanto de sus besos, estuvimos tan cerca de ir más lejos y lo deseé tanto que creí que el infierno se estaba congelando; pero todo fue una ilusión creada por mi propia necesidad, lo que yo deseaba no podía dármelo él pues existía alguien que con su mera cercanía conseguía que mi cuerpo dejase de responder a mi cerebro. Frente a Jjong era una marioneta y nadie ajustaba tan bien mis hilos.

Como si nada hubiese pasado. Esa fue la sensación día tras día, como si el tiempo hubiese dado un giro.

Parado frente a los flashes mientras Jjong me codeaba y jugaba conmigo mis ojos viajaron a Onew en el otro extremo de la fila riendo junto a Taemin como antes, como siempre, como si los meses que estuvimos conociéndonos se hubiesen guardado solo en mi recuerdo, Jin Ki no daba seña alguna de que hubiesen existido. A veces bajaba la guardia desconcertado buscando sus ojos para toparme con una sonrisa despreocupada o una carcajada limpia y me enojaba otra vez, como antes, como siempre, no podía creer que me pasase por alto, y entonces lo aborrecía mas que nunca, porque ya no era un extraño para mí y yo seguía siendo uno para él.

Winter LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora