Invierno ↠Kookmin↞

X

La paz se encuentra en la aceptación de las cosas que no podemos cambiar.

❅

— ¡Jungkook, qué gusto verte! — me saludó Irene.

Irene es la madre de Taehyung, ahora mismo me encontraba en su casa. Hace dos días que estuve con Jimin en la playa, después de pasar un rato más abrazados en la arena y de darle otra ronda de besos, lo dejé en su complejo de apartamentos. Cuando iba en el autobús rumbo a mi casa me llegó un mensaje de ella diciéndome que ya estaban en la ciudad y pidiéndome que pasara pronto por su casa, así que decidí pasar cuando tuviese un rato libre. Taehyung había quedado en avisarme cuando llegara a la ciudad, así que no pude evitar sorprenderme que en lugar de él me lo dijera Irene.

— Hola, Irene. — dije con una tenue sonrisa.

— ¡Mírate! Me parece que estás más alto. — apretó mis mejillas e hizo con sus brazos una regla imaginaria. Estuve a punto de tomar sus manos y detenerla, pero me resistí. — Pasa, pasa. — me apuró.

Todas las mujeres mayores son iguales.

— ¿Dónde está Taehyung? — pregunté entrando a la acogedora casa y mirando alrededor.

La mirada de Irene cambió de alegre a dubitativa.

— Oh, cariño, en su habitación. Desde hace unos días está extraño pero no quiere contarme nada, no sé qué le pasa. — suspiró. — Te mandé un mensaje para que vinieras a hablar con él, creo que necesita estar con alguien de su edad, supongo que ya está en esa época en la que confiar en tu madre pasa de moda. — me guiñó un ojo.

Me reí.

— Puedes subir a su habitación. Por favor dile a Taehyung que estoy cocinando lasaña, ¡te quedas a cenar!— afirmó dirigiéndose hacia la cocina.

No podía decir que no, ya ella lo había dado por hecho. Asentí y me encaminé por las escaleras hacia el segundo piso.

— Hola. — dije entrando a la habitación de Taehyung.

Taehyung estaba leyendo uno de sus tantos cómics recostado sobre su cama, lo hizo a un lado cuando escuchó mi voz. Sus párpados se ensancharon casi imperceptiblemente cuando me vio, supongo que no me esperaba. Y por supuesto que no, ni siquiera me avisó que había llegado.

— Vaya, vaya. El chico de las películas románticas. — dijo intentando dar un saludo ligero.

Torcí mis ojos, al menos conmigo parecía estar normal.

Definitivamente no debí haberlo llamado ese día para preguntarle eso.

— Recuérdame nunca más contarte o preguntarte algo por el resto de mi vida.

Él se carcajeó y se acostó boca abajo en la cama.

— Sabes que eso es imposible. Conozco todo de ti, "Kookie". — hizo énfasis en lo último para burlarse de mí por el apodo cariñoso de mi madre.

— Ja-ja, bastante cómico, Taehyung. — me senté en la orilla de la cama. — ¿Qué estás leyendo? — le quité el cómic para hojearlo.

— ¡Deja eso! — me lo quitó rápidamente. — ¿qué tal si es porno y estás invadiendo mi privacidad? — frunció el ceño.