Invierno ↠Kookmin↞

VII

¿Debería actuar tranquilo como si no fuera la gran cosa?

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Después de salir del pozo de aguas termales y de darle mi camisa seca a Jimin para que se quitara la mojada que tenía por haberse metido con ella al agua, volvimos de nuevo a la cueva de cristal donde estaba la fiesta en su máximo apogeo. Sulli se me acercó preocupada cuando me vió pero pude sentir el aura pesada de Jimin recordándome lo que acabábamos de prometer —no dejar que nadie ponga las manos sobre el otro mientras alguno de los dos estemos presentes—, me aparté un poco para que Sulli no se me pegara demasiado y le dije que estaba bien, que estuviese tranquila, asintió y se fue con algunas de sus amigas, menos mal no insistió. Jaebum también se acercó a Jimin para preguntarle por qué se había ido tan repentinamente y decirle que había estado buscándolo para saber si estaba bien. Intentó tocar su cabello como había hecho más temprano, enseguida me tensé y puse mi cara de no-te-atrevas, él no pareció notarlo pero Jimin se dio cuenta y me regaló una sonrisa cómplice. Se apartó disimuladamente y le dijo que se había sentido mareado y necesitaba aire.

Obviamente estabas mareado pero después de que nos besáramos como lo hicimos y —de hecho— robé todo el aire de tus pulmones a través de tu boca.

Sonreí ante el recuerdo.

Llamé un taxi como le había dicho a Jimin que haría y pasamos un rato más en la barra hablando con los chicos, hasta que por fin llegó el taxi y nos despedimos. Todos estaban demasiado borrachos como para preguntar por qué Jimin y yo nos estábamos yendo juntos de la fiesta si en "teoría" nos habían presentado esa noche. Intenté no hacerlo demasiado obvio, gracias a la vida no tuve que dar ninguna excusa.

"Oh, sí. Acabamos de tener sexo en el pozo y lo llevaré al hospital de nuevo antes de que su enfermera lo degolle".

Excusa perfecta. 20 puntos.

Jimin estuvo pegado a mí durante todo el trayecto dentro del taxi. Su calor sobre mi hombro se había vuelto habitual. Mi cuerpo se sentía satisfecho, lleno. No era en absoluto incómodo y después de compartir ese momento íntimo en la fiesta, me sentía extrañamente pleno, como si por fin mi cerebro hubiese terminado el viaje en la montaña rusa en la que estuvo estas últimas dos semanas.

El taxi se detuvo y abrí la puerta para salir del lado de la entrada del camino de piedra caliza del hospital. Jimin bajó y lo ayudé a acomodarse su acolchada chaqueta beige para mermar el frío. Sus ojos grises seguían expresivos. Pude ver en ellos la incertidumbre y la resistencia a que la noche acabara. Lo sé porque lo mismo estaba sintiendo yo. Se sentía tan extraño y fuera de lo común que en realidad tenía miedo que fuese un sueño.

Su hermosa cara, su pequeña nariz de un color rosado por el frío y su boca entreabierta exhalando un poco de vaho se veían preciosamente.

Lo agarré por la cintura y lo besé de nuevo... No pude evitarlo, fue como un impulso. Jimin gimió ligeramente, se agarró de mis brazos y se levantó un poco en puntillas para profundizar el beso. Nuestras respiraciones mezclándose y sus labios moviéndose sobre los míos eran el fiel recordatorio que necesitaba para saber que sí, efectivamente, esto no era un sueño.

Nos habíamos visto en una fiesta, ambos habíamos estado celosos y habíamos acabado por besarnos fieramente y masturbarnos en el agua.

— Jungkook... - jadeó Jimin. — sonará como locura pero... ¿No puedes acompañarme a mi habitación hasta que me quede dormido?