vajo el manto de strellas

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Al día siguiente sobre las 17:30h al salir de boxeo me diriji al hospital para ver a mi hermanito, la sorpresa me la llene quando al entrar a la gran entrada llena de césped y asfalto me bino un balón de fútbol directo a la cara el cual pare con ambas manos ya que abia sido portera de un equipo femenino de fútbol hacia un par de años, coji el balón y un par de niños vinieron.
-lo sentimos- se inclinaron en forma de respeto y disculpa- no era nuestra intención.
- Jsjs tranquilos no hay problema- dije mientras dejaba el balón en el suelo I lo levantaba sobre mi cabeza dándole un par de toques y pasándose la a uno de los niños, me despedí y ello se quedaron jugando con el balón.
Al llegar a casa mi ermano me esperaba con la cena y un par de sorpresitas, al entrar por la puerta me asaltaron dos lindos perros blancos y negro y un tercero más pequeño que era totalmente negro, tras ellos salió una linda chica con el pelo más largo de la cintura, era ermosa y tenía una tez algo clara sin llegar a blanco y unas pecas en su rostro que le daban una expresión dulce y amigable.
-¡Perla, Nino, Siota salir de hay!- les ordenó la chica a los cachoros- disculpa si te an manchado o asustado.
-no pasa nada, son preciosos- dije levantándome del suelo despacio- ¿quien eres? ¿Donde esta Kyo? - pregunte a la joven dándome cuanta de que no sabía quien era.
-soy Rinka la novia de tu hermano y Kyo esta en el patio.
-un placer Rinka yo soy Kassya, voy a ver a mi hermano ahora vuelvo- me diriji a la cocina para salir al patio trasero y comencé a llamarlo pero no contestaba - ¿¡Kyochi donde estas!? ¡¿Kyo?!... -mire al frente y ví a mi ermano tendido en el suelo, mojado por el agua del zesped y cori hacia el- ¡Kyo! ¡Kyo! ¡RESPONDE KYOCHI!- lo levante con los brazos y lo subí a mi espalda, lo lleve al interior de la casa y llame a Rinka con impetud, ella apareció asustada y le conte que pasaba me ayudó a acostar lo en el suelo y a llamar a un médico, mientras llegaba el médico con la ambulancia Kyochi abrió los ojos, despacio, con dificultad y ambas nos pusimos sobre su cabeza al notar Lebesgue movimientos, al vernos abrió los ojos de golpe, sorprendido y los volvió a entre cerario al ver que no éramos un peligro. Se tocó la frente con las mansos blancas de la poca sangre que coria por sus extremidades, tenía sudores fríos.
-¡¿KYOCHI ESTAS BIEN?! - Preguntamos ambas algo alteradas y esperando una respuesta positiva, pero no dijo nada al contrario se quedó quieto sin articular palabra ni hacer el mínimo movimient, después de un rato empezó a reaccionar y rompió el silencio que se había formado en la Sala.

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⏰ Última actualización: Aug 09, 2019 ⏰

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