Senses [Zen Mystic Messenger] © (ACABADA)

Smell

"Cómo describiría el olor de Zen?

Me he dado cuenta a través de estos últimos años que su aroma llega a cambiar,dependiendo del lugar y de su estado de ánimo.

A veces huele como una mezcla de vainilla y cítricos.Un aroma suave,pero duradero.El típico aroma que desprende la ropa de Zen o su lado de la cama.Digamos que es su olor más neutral.Es el olor que me viene a la mente cuando pienso en el.Ese olor de después de trabajar,tras un duro día y que se cuela en tus fosas nasales cuando te abraza.

Luego tenemos ese otro olor.El olor dulce,casi demasiado.La mezcla entre miel y limón.Es el de cuando se duerme mientras le acaricio el pelo,o el de cuando me atrapa entre sus brazos y nos tumbamos toda la tarde a ver películas o simplemente a estar en la compañía del otro.En definitiva,es el olor de sus momentos más románticos y tiernos.Esos momentos en los que es un docil perro que simplemente busca mi compañía.

Luego...tenemos el otro olor.El olor dominante,el que se nota a metros de distancia.Es un olor similar al de las rosas silvestres .Un olor no muy dulce,pero aún así embriagador.Un olor fuerte,y persistente.De esos que se te quedan pegados a las sábanas después de los juegos nocturnos que solemos tener.Un olor que solamente sale en esos momentos de debilidad o de pasión.Digamos que es el olor de la excitación, un olor que se detectar enseguida.Incluso antes de que Zen me atrape entre sus brazos y me acorrale contra nuestra cama,ya puedo detectar que el está allí.

Aún que también hay veces que su olor cambia y ya ni siquiera se reconocerlo.Quizás una mezcla de todos a la vez,o puede que simplemente sea otro sentimiento que no conozco de el.

Entonces.....a qué huele ahora?

Sus brillantes ojos carmesí viajan desde mi ojo derecho hasta el izquierdo,como esperando una reacción.

Todavía sigue con esa cajita entre sus grandes manos,que por un momento me han parecido que temblaban ligeramente.

Nuevo un poco mi boca,sintiéndola de pronto seca.¿Hace cuánto que llevo sin moverme?

-...[T/N]?-pregunta levantando ligeramente su ceja izquierda con un gesto dubitativo.Parpadeo rápidamente, intentando situarme de nuevo.

Estamos los dos juntos en la cama,después de haber hecho el amor,y Zen tiene una caja en sus manos con una  sortija que tiene un pequeño rubí en medio.

Es esto de verdad lo que creo que es?

-Y-yo...-intento formular, inútilmente,una frase que me vuelva a poner en la realidad.

Por un momento siento como un atisbo de tristeza cruza su mirada,iluminada por la luna llena que brilla desde la ventana de nuestra habitación.

Con la mayor dulzura que puedo ponerle a cualquier gesto,acerco mi mano a su perfecta cara.Zen cierra instintivamente sus ojos,al notar mi tacto en su mejilla.

Notó cómo está agitado,por su fuerte respiración.Su pecho sube y baja con rapideza.Sin esperar más,y notando un pequeño nudo en mi garganta,me acerco más,hasta pasar mis brazos por su cuello,inundandome completamente por su cálido cuerpo,que me acoge con cariño entre sus brazos.

Ese nuevo olor inunda mis fosas nasales mientras que me armo de valor para decirle bajito pero con mucha seguridad un "Sí" que provoca que su cuerpo entero se estremezca bajo mis brazos.

Sus fuertes brazos me apretan más contra su cuerpo,como si intentará de esa manera que no me escapara.Sus labios encuentran en seguida los míos.

Pasa ,con pasión y con un infinito cariño,sus dedos entre mi pelo.Noto como su traviesa lengua vaga por mi boca,trazando un pequeño patrón que me invita de algún modo a unirme a ella.Mis manos,también encuentran su robusta espalda,y empiezan a acariciarla notando alguna que otra marca de uñas en la longitud de su espalda.

Noto como algo mojado toca mi mejilla,y abro ligeramente los ojos encontrándome por primera vez,con sus lágrimas.

-Vas a ser mi esposa...por fin.-murmura,hundiendo su nariz en mi pelo,tratando de algún modo de cubrir el hecho de que está llorando por primera vez delante de mí.

Hundiendo mi cabeza en su cuello,le aprieto con algo de fuerza contra mi,queriendo que ese olor,hasta ahora desconocido,se volviera eterno en mi memoria.

Y así,nos volvimos a unir el uno en el otro,sintiendo que algo,en cierto modo había cambiado.Una promesa silenciosa que tenía inscrito un "para siempre" en esa sortija con el rubí brillando sobre mi dedo índice.