"Bebé" dijiste.
"¿Hm?" él murmuró mientras tus dedos presionaban contra su barbilla.
"Creo que estás babeando un poco" comentaste.
"Es difícil no hacerlo cuando estás mirandome así". Roger sonrió con suficiencia mientras sumergías el cepillo en el tubo, extendiendo su brazo para poder envolverlo alrededor de tu cintura. Trató de ponerte en su regazo, y aunque fingiste protestar, en verdad lo querías. Pero sabías que el descanso casi había terminado y en cualquier momento el director llamaría a los chicos para que regresen a sus lugares, simplemente no había tiempo para eso.
"Necesito concentrarme, Rog." Tu cabeza se inclinó hacia atrás cuando te jaló hacia él una vez más, sus ojos verdes mirándote hacia arriba de una manera bastante suplicante detrás de sus pestañas. "Tu brillo de labios no se aplicará".
"Vamos, sólo un beso, uuunnooooooo. No arruinará el maquillaje, lo prometo" dijo él.
"¿Realmente lo prometes?".
"Sí, realmente" su voz bajó de tono. "Realmente lo prometo, solo necesito un beso para seguír con el resto del día. Dame energias amor, algo, cualquier cosa" dijo suplicante. Tus ojos rodaron juguetonamente ante su teatro, estabas acostumbrada a que él actuara de esta manera.
"Bien".
Roger se movió con fluidez sin escuchar el resto de tu oración, levantándose de su asiento para poder presionar sus labios contra los tuyos con suavidad. Cortó tus palabras, pero estabas más que bien con eso, los ojos se cerraron y tu mano se apoyó en su pecho para mantenerlo a cierta distancia, así no saltase completamente el uno al otro. Lo empujaste sobre la silla, te sentaste a horcajadas y recibe tantos besos como quieras. Unos en los labios, otros salpicados por toda su cara bonita, otros en su cuello. Roger se alejó gimiendo en voz baja, lo que causó que te pusieras de pie, aturdida, porque así es como sus besos siempre te dejaron.