11

5 0 0
                                    

Estaba acostado revisando mi teléfono cuando de la nada un gato salta sobre mi clavando sus uñas en mi abdomen.

—¿Qué cara...? —quite al gato de mi y mire hacía la puerta de la habitación, ahí estaba parado, mi pequeño Jimmy.

—Lo ví en la calle... y... —empezó a mover levemente su pie con nerviosismo, me apoye en mis codos para mirarlo mejor. —¿Me lo puedo quedar? —me miró con inocencia y yo solte una risita.

—Lo cuidarás tú.

Él sonrio y corrio hacia mi.

—¡Gracias, Patricio! —beso mis mejillas y yo rode los ojos divertido.

—De nada, Adamcito.

Lo que sé de ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora