Estaba acostado revisando mi teléfono cuando de la nada un gato salta sobre mi clavando sus uñas en mi abdomen.
—¿Qué cara...? —quite al gato de mi y mire hacía la puerta de la habitación, ahí estaba parado, mi pequeño Jimmy.
—Lo ví en la calle... y... —empezó a mover levemente su pie con nerviosismo, me apoye en mis codos para mirarlo mejor. —¿Me lo puedo quedar? —me miró con inocencia y yo solte una risita.
—Lo cuidarás tú.
Él sonrio y corrio hacia mi.
—¡Gracias, Patricio! —beso mis mejillas y yo rode los ojos divertido.
—De nada, Adamcito.
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Lo que sé de ti.
Romance¿No les pasa que están pérdidamente enamorados de alguien que te aprendiste de memoria todos sus caprichos, gustos y manías? Patrick lo hizo. Él memorizó todo acerca de su bebé.