Se acercó poco a poco a la masculinidad de Zayn, era la primera vez que lo haría y no estaba seguro si lo haría bien o si lastimaría al pelinegro, así que simplemente depositó un beso en la punta, provocando que Zayn arqueara su espalda. Si a él le gustaba, ¿Por qué no darle ese placer? Se preguntó el ojiazul.
Abrió grande su boca y comenzó a introducir aquel duro trozo de carne que le volvía loco, con el que había soñado desde aquel video. Sus labios rodearon y se deslizaron por la longitud de Malik, haciendo que dejara escapar algunos gemidos que intentaba ahogar.
- No eres tan tonto, mi niño. – susurró Zayn colocando sus manos en la cabeza del rubio.
Niall no se creyó capaz de poder meter todo en su boca, lo había logrado, sintió como Zayn movía su cadera de arriba abajo, sentía el miembro del pelinegro chocar ligeramente con su garganta, sentía su boca arder, pero no quería que Zayn dejara de follar su boca.
Logró zafarse para dar un buen bocado de aire, el cual se le había terminado segundos antes, relamió sus labios y después empujó a Zayn haciendo que quedara totalmente acostado, tan indefenso, tan provocador. Niall solo veía aquel deportista patán desnudo y su cuerpo se tambaleaba.
Subió sobre el cuerpo del moreno, llegando hasta sus labios para devorarlos, consumirlos, sus labios se sentían tan bien rosando y friccionando con los suyos, como si fueran dos piezas de un rompecabezas que encajaban a la perfección, sus lenguas deban una batalla interna, buscando el mayor punto de placer nunca antes obtenido.
- Quiero hacerlo, Niall. – pidió a Zayn con aquella grave voz que se le había formado.
- ¿Mhuh? – gimoteó el menor viendo los infinitos y perfectos orbes color miel de Zayn.
- Si. – contestó con rapidez dando la vuelta a la situación, quedando ahora sobre el irlandés, retiró las prendas del ultimo mencionado y lo puso boca abajo, no aguantaba más esa sensación de querer estar dentro de Niall, de querer hacérselo una y otra vez.
Colocó una almohada bajo el abdomen del ojiazul, imitó la acción antes hecha por el menor y dejó caer un hilo de saliva sobre su trasero, para después esparcirlo y lubricarlos con sus dedos, haciendo que Niall se removieran en su lugar, aquel movimiento se detuvo por un momento.
Zayn comenzó a introducirse lentamente, abriendo cada pared, estaba tan estrecho, jamás había alcanzado ese nivel de placer, Niall se sentía tan bien, y este pensaba los mismo de Zayn, se sentía verdadero, no como el sexo con Liam.
El pelinegro echó su cabeza atrás consumiendo todo ese encanto, ya todo estaba dentro de Niall, colocó cada una de sus manos sobre las frágiles y temblorosas nalgas del menor, apretándolas, abriéndolas para que fuera más fácil, pero nada había cambiado.
Comenzó a dar movimientos rítmicos y lentos de afuera adentro, aquel vaivén que ante todo silencio podía escucharse los gemidos de ambos, a Niall repetir una y otra vez el nombre de Zayn y viceversa, el sonido de su piel chocando con la de Niall.
Las embestidas aumentaron su ferocidad cuando Zayn notó los escasos gemidos de Niall, se inclinó un poco -pero sin dejar de moverse- a la espalda de Horan para depositar besos, necesitaba entretener su boca sus labios tan ruidosos, pero eso apenas y podía tranquilizar el sonido de gemidos ahogados.
Mordió el cuello y el cartílago de la oreja del ojiazul, nada cumplía con su propósito, tan ruidosos, tan calientes para ambos los sonidos que salían de sus labios.
- ¿Por qué se siente tan bien? – susurró Zayn en el oído de Niall. - ... ¿Por qué TU te sientes tan bien?
Niall no respondió, solo le regalo una risita forzada, relamió sus labios – te quiero, Zayn.