Capítulo 8

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CAPÍTULO 8

Anteriormente...

Mamá en cuanto me ve se acerca a abrazarme con mucha fuerza, más de la que creía que tuviese.

-¡Menos mal que estás bien hija!, no sabes lo preocupada que me tenías-dijo con la cabeza en mi hombro.

-¿Qué ocurre mamá, porqué estás así?-pregunté extrañada por la actitud de mi madre.

-Tú hermano me contó lo de la ventana y temía que algo te pudiese pasar-me explico soltándome.

-No a sido nada madre,-dije intentando tranquilizarla- y tu idiota ¿porque le dices nada, y a dónde has ido todas estas horas?-le pregunto a Harvey.

-Lo siento May pero debía decírselo y en cuanto a lo de irme lamento que no me incumbe decírtelo- me explica mi mellizo.

-¿Por qué no? ¿y a quien me lo tiene que contar?- digo triste -pensaba que nosotros no nos guardábamos secretos.

-Hija aun no es el momento, pero pronto llegará y entenderás porque no te lo pudimos contar.-dice mi madre intentando que no me preocupe.

De repente entra mi padre, él siempre ha sido muy serio y tiene como un aura intimidante. Es alto, muy alto, mide 1,92 más o menos, tiene el pelo oscuro pero tiene algunas canas de la edad, tiene 43 años pero aparenta menos porque se cuida mucho.

-¿Qué pasa aquí, porque tanto alboroto?-pregunta mi padre- ¿que te pasa hija porque estás tan inquieta?

-Padre tú debes saber lo que me oculta mamá, cuéntamelo por favor-le ruego.

-NO, y no vuelvas a preguntar por cosas que no tienes en que meterte. Vete a tu habitación-Me ordenó con voz demandante.

Subí rápidamente ya que no quería hacerle enfadar, pues da mucho miedo. Llegué a mi cuarto, hice mis deberes y ya no bajé para cenar, me fui directamente a dormir pues tenía demasiado sueño, demasiado para haber dormido horas esta tarde.

(...)

Al día siguiente me levanto, hago mi rutina y me voy al instituto. Al llegar me encuentro con mis amigas, aun sigo cabreada con ellas, se acercan a mi que acabo de aparcar mi moto y estoy bajando de ella.

-May, por favor perdónanos, no queremos que sigas enfadada con nosotros.- dice Tess.

-No se chicos, tengo que pensarlo-les digo y me voy hacia la entrada.

Cuando llego a mi taquilla me encuentro a un individuo apoyado en esta, es Cole, no sé qué querrá de mí ahora nunca me ha mirado y ahora no para de buscarme por todas partes.

-¿Qué narices quieres de mi Walker?- le digo de mala manera, pero no es mi culpa él llegó en el peor momento ya que mis ánimos no son los mejores a primera hora.

-Tranquila abejita, solo quería verte ya que me imaginaba que me echarías de menos- dice el muy engreído.

-pues pensaste mal, ver tu cara me pone de mal humor y me parece que a mi hermano también- digo viendo como se acerca Harvey con cara de mala leche y coge a Cole del cuello de la camisa.

-¿Cuántas veces tengo que decirte que no te acerques a ella chucho sarnoso?- dice empujándolo lo más lejos de mi posible.

-Harvey ya basta, no eres mi padre y no mandas en mi vida, yo decidiré por mi misma si quiero o no que este imbécil se me acerque o no, pero lo decidiré yo sola así que deja de ser tan sobreprotector.-dije cabreada y cerré de un portazo la puerta de la taquilla, yéndome a clase dejándolos a los dos con la palabra en la boca.

Secretos IndescifrablesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora