Y así comienza todo, con una resaca literaria y un dolor atravesando mi pecho.
Después de palabras tan dulces, continuaron palabras tan amargas y tan dañinas que nadie hubiera creído que podrían haber sido pronunciadas por la misma persona, pero lo fueron. Con cada palabra una profunda herida se abre en mi pecho sangrante como si de un athame se tratase lo atraviesan sin piedad alguna. Me resulta increíble que la persona a quien tanto defendí cumpliera las palabras dichas tan acerbamente por aquella chica.
Me alejo, me levanto y me alejo negando tratando de entender como habíamos llegado a eso. Mi corazón se quiebra a cada paso dado, a cada cm que me alejo de él pero soy incapaz de acercarme nuevamente, mis ojos pican y me es imposible ver atreves de las lágrimas que han hecho un desastre en mi maquillado rostro, mi garganta se ha cerrado a totalidad en un nudo que me es imposible desatar, mi pecho arde consecuencia de los gritos que quieren salir soy un desastre ambulante.
Él hace el esfuerzo de acercarse, trata de hablar su estado no es mejor que el mío. Sé que se le hizo difícil confesar tal traición hacia mí, hacia nuestro amor, hacia esta relación que tanto ha soportado. Pero me niego a dejarlo ganar, no puedo verlo no en este momento así que sin mediar palabra, ni esperar una explicación solo digo.
- Adiós – me doy la vuelta y me alejo con el corazón deshilachado en una mano, con mi corazón roto y sintiéndome como..
Un cristal roto.
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Relatos Cortos
RandomUn rincón para todas aquellas minihistorias que no nos vemos en la obligación ni la necesidad de alargar.