~~~~ Martines Anaïs ~~~~
El llanto constante a tres escalas me despierta sobresaltada, me remuevo entre los brazos fuertes de Bruno y enciendo la pequeña lámpara al lado de mi cama. Me siento en la cama y paso mis manos por mi cabello para recogerle cuando siento que unos brazos rodean mi cintura y unos labios besar mis omoplatos
- yo iré - murmura Bruno aun soñoliento
- no vas a poder tu solo con nuestros tesoros Bruno - respondo una vez mi cabello está perfectamente amarrado en una cola alta, me giro a verle y le plasmo un beso en sus delicioso labios. Los llantos retumbaron una vez más en la habitación y me separe de Bruno
- será mejor que vallamos antes de que queden mudos - dije sonriéndole de cerca.
Me levante de la cama deslice la bata de seda blanca por mis hombros y me aventure al pasillo seguida por Bruno. Entro a la pequeña habitación y me acerco hasta la mecedora me siento en ella y pronto Bruno coloca en mi brazo izquierdo a la pequeña Ada y en el derecho a la pequeña Alina mientras el tomaba al pequeño príncipe Danilo. Mis lindos tesoros los cuales tenían solo 5 meses en nuestras vidas, 5 maravillosos meses. Los arrullábamos apenas moviéndonos pero nada los calmaba.
- que crees que tengan - pregunto Bruno mientras se balanceaba de adelante hacia atrás
- no lo se - dije volviendo a mirar a mis pequeñas princesas
- cólicos - pregunto y negué
- no esta mojado? - le pregunte mientras tocaba los pañales de las niñas
- no, Danilo esta seco- respondió al asegurarse de que el pequeño rayo de luz estaba bien. - hambre? - pregunto y yo negué
- no, no les toca hasta dentro de un par de horas - respondí mirándole.
Volví la mirada a mis pequeñas tratando de hallar la conexión madre e hijo, aquel que me unía a ellos y por el cual me podían decir que les sucedía. Pero como era de esperarse no obtuve una respuesta. Solo hubo silencio cuando Bruno comenzó a cantar los niños parecieron calmarse. Mientras el cantaba recordé nuestra historia
~~~ FLASHBACK ~~~
Corría por las calles de Maracaibo mientras gruesas gotas de lluvia pegaban contra todo, entre al primer café que encontré parcialmente mojada y me acerque al mostrador pedí al chico detrás del mostrador un late caliente y una de las partes privadas del café. El chico me guío hasta una pequeña sala acogedora donde solo había una pequeña mesa de te, dos sillas blanca, una pequeña estantería y un par de plantas en sus materos colgando en frente de la ventana en donde seguramente con normalidad le Daria la luz del sol. El chico me dejo allí y al cabo de más o menos 30min volvió a ingresar con mi pedido y aparte unos pequeños pastelillos de chocolate
- gracias - murmure e hice un leve asentimiento.
El chico se retiro y yo me quede allí, le eche un vistazo a mi reloj y suspire. Había perdido la entrevista oportunidad para trabajar, suspire dejando caer mis hombros resignada y termine de comer los pastelillos, solo para darle rienda suelta a mis ojos y cayeran cerrándose
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Un ruido extraño de algo similar golpeando el suelo y partiéndose por completo me despertó. Pegue un bote de la silla asustada y en solo dos segundos me ubique "café, lluvia, entrevista" esas tres palabras clave, volvía dejarme caer sobre la silla ocultando mi rostro entre mis manos con mis codos apoyados en mis rodillas y suspire, hice mi cabello hacia atrás y levante la mirada para ver a un chico. Un chico lindo, cuadrado, de cabello oscuro, ojos marrones y una cautivadora sonrisa, con las piernas cruzadas sus manos entrelazadas en su regazo y la cara ladeada
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Relatos Cortos
De TodoUn rincón para todas aquellas minihistorias que no nos vemos en la obligación ni la necesidad de alargar.