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El sudor llenaba todo el cuerpo del chico de piel pálida, su boca entreabierta y su corazón latiendo a mil por hora

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El sudor llenaba todo el cuerpo del chico de piel pálida, su boca entreabierta y su corazón latiendo a mil por hora. Los gritos y las barras inundaban la extensión del lugar, todos apoyando a cada equipo. Unos rebotes por parte de la pelota y el rubio encesto perfectamente, logrando la victoria inmediata para su equipo. La felicidad inundo todo su cuerpo, los gritos llenos de euforia no tardaron en escucharse y no pudo evitar sentirse orgulloso de él y sus chicos.

El reloj se detuvo, el partido había culminado.

—...Y Los ganadores del torneo nacional de Basquetbol son: Los halcones dorados!—gritó el viejo panzón y todos aplaudieron a los respectivos campeones.

El rubio sonrió de lado y con una reverencia recibió el premio. Aquel había sido su más grande deseo desde que era solo un niño, ahora que lo tenía en sus manos, no podía sentirse más feliz y orgulloso de sí mismo. Y todo esto era para su padre, su ídolo. El había sido su mayor inspiración y al perderlo de repente cuando aún iniciaba en el deporte, lo hizo alguien fuerte y ambicioso para conseguir lo que quería de manera limpia, por lo que ahora, todo lo que había logrado se lo dedicaba a él.

De repente, un fuerte e insoportable dolor de cabeza se hizo presente molestándolo. Esto lo desubico un poco, pero logró no demostrarlo mucho y decidió no darle mucha importancia, seguramente estaba cansado, había jugado casi todo el día. De cualquier forma, nada lograría quitarle la sonrisa del rostro, nada podía dañar su gran día.

Divisó a uno de sus compañeros y mejor amigo correr hacia el y le dedicó una sonrisa antes de que tomara lugar a su lado.

—Lo ha hecho bien, Yoongi Hyung.
—le dijo Jimin, con su tierna sonrisa.

—Gracias Jiminnie, pero sin ti y los chicos no habría podido hacerlo.

El menor frunció el ceño y no por la respuesta de su compañero, sino por la apariencia de este. Yoongi estaba más pálido de lo habitual; sus ojos se veían extremadamente opacos y sus labios menos rosados que de costumbre. Muy extraño en Yoongi. Sus ojos se abrieron exageradamente en el momento en que notó un alarmante liquido rojizo salir de la nariz de su amigo.

—Hyung, ¿s-se siente bien? Esta...sangrando.—mencionó asustado.

El mayor le hubiera dicho que sí. Le hubiera dicho que se calmara y que no era nada grave, a pesar de no ser cierto. Lo habría hecho, Pero no pudo, ya que sus ojos se volvieron pesados y sus piernas débiles en cuestión de segundos, podía escuchar los gritos de las personas presentes y sus amigos, pero eran lejanos y difíciles de asimilar. Trato de mantenerse firme, pero su cuerpo no daba para aquello. Hasta que, finalmente, todo se tornó negro y se dejó caer.

LET ME LOVE U | k. jisooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora