¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El despertador resonó por toda la habitación de la señora Min.
La mujer de inmediato se levanto de su cama soltando un suspiro, realizo todas sus actividades diarias y salió de su hogar con dirección al hospital. Como había decidido caminar hacia el hospital decidió comprar una ensalada de frutas y un poco de leche para Yoongi. Sabía lo mucho que a su hijo le gustaba.
C
uando estuvo a pocos pasos de la habitación de Yoongi. Se sentó en una banca a los lados del pasillo y se preparó mentalmente para lo que vendría.
Desde hace unas semanas esa era su rutina. Levantarse, arreglarse y vivir metida en aquel hospital junto a Yoongi. Solicito un permiso en su trabajo explicando su situación, para qué, pidiera trabaje desde casa o el hospital. Y su jefe, considerando lo buena trabajadora que la mujer era, se la concedió. No era fácil tener que trabajar mientras está solo en una habitación todo el día.
La señora Min nunca se imagino que su pequeño sería víctima del cancer como lo fue alguna vez su amado esposo, Min bogyum. Aun recuerda cuan doloroso fue perder al amor de su vida frente a sus ojos. Verlo con miles tubos y respiradores para hacerlo mantenerlo con vida, las miles de inyecciones y lagrimas que derramó junto a él. Ver el cansancio y temor en sus ojos todos los días, junto los exhaustivos tratamientos, para que, al final, el padre de su hijo perdiera la lucha.
¿Acaso era un castigo?
Ahora era su hijo quien sufría, y su corazón no lo soportaba. Simplemente no podía. No se creía que capaz de pasar por lo mismo dos veces, su corazón no lo resistiría. Pero tenía qué, le debía a su pequeño ser fuerte para su él. Después de todo, era lo único que Yoongi tenía y él necesitaba de su fuerza, ambos tenian que ser fuertes para lo que se venia. Pero en ocasiones, muchos no podían imaginar cuanto necesitaba a su bogyum con ella.
-Si tan solo estuvieras aqui, mi amor...
Suspiró agotada. Lamentarse ya se le hacia costumbre, sin embargo, no la dejaría formar parte de su rutina, era lo único a lo que no se podía acostumbrar. Así que se levanto y desecho todo pensamiento negativo, su bebé necesitaba un madre fuerte y esa es la que le daría.
Sin tomar mucho tiempo entro a la habitación y sonrío al encontrarse con Yoongi durmiendo plácidamente. Aquello le alegraba, el rubio no había podido conciliar el sueño adecuadamente gracias a las miles de medicinas que recibía a diario. Le hacian imposible dormir sin sentirse mareado, pues aun no se acostumbraba a ellas.
-Se fuerte mi vida, tu no puedes dejarte vencer mi amor, tu no.-la mujer acarició con cariño la mejilla de su hijo y después beso esta.
Unos golpes provinientes de la puerta le alertaron y rápidamente la abrió. Era la doctora Bora junto a una chica pelinegra, bastante linda y con un increíble parecido a la doctora. Vestía como una enfermera y tenía una preciosa sonrisa, de esas que te traían el alma devuelta.
