Capítulo 8

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Antes que nada, me disculpo por no continuar este fic, si lo siguen leyendo dejen un comentario aquí... Y segundo, me estoy planteando hacer capítulos más largos (como este) pero tendrían que comentar sus reacciones o opiniones en las escenas de cada capítulo y así me darían su apoyo. Si les agrada la idea digan lo en los comentarios. Les dejo para que sigan con su lectura <3

Puedo escuchar gritos y un ligero llanto me llama la atención. Yo lo reconozco perfectamente porque lo escuché varias veces antes de que él muriera. Aparto a Norte y de alguna manera logro correr. Su llanto me llama, está rogandome que lo salve.

La dirección no es precisa, lo puedo escuchar en todas partes, como si estuviera en mi mente, pero un rastro de arena negra me guía. 

Tengo miedo. No sé que hacer, no sé si quiero ver lo que hay al final.

Es demasiado tarde para arrepentirme cuando llego... Sin embargo, todos mis miedos se disuelven igual que la arena cuando ambos nos vemos.

Tiene el mismo rostro inocente de siempre, sus ojos negros me transmiten miedo y me acerco a él.

De repente todo se siente bien otra vez... Hasta que veo que está encerrado en una especie de celda de madera y metal.

Tomó sus manos a través de los barrotes.

—Está bien, está bien... Voy a... Voy a sacarte, tranquilo —él parece tener un ataque de pánico, así que intento encontrar una salida.

—¡Jack! —grita Norte y me doy la vuelta hacia él.

—Bien, hay que calmarnos... Norte, por favor, te lo ruego.

—Tus actos tienen consecuencias, Jack Frost —se para frente a mí, luciendo imponente. Por alguna extraña razón, no me siento intimidado.

—Lo sé, y las asumiré... Lo juro —puedo ver en sus ojos duda y noto que es ahora, es el momento—...Por favor.

Él suspira y se da la vuelta.

—¡Conejo! —grita fuertemente, dirijo mi mirada a mi amigo. Él me mira confundido y le sonrio tranquilizante.

Conejo viene, suspirando.

—Ya sé, ya sé para que llamaste —Conejo me mira con seriedad— espero sepas lo que haces, Jack Frost.

Se acerca y abre la celda. Apenas liberado, mi amigo corre hacia mi y me abraza, beso su frente y suspiro aliviado.

—Vámonos —paso mi brazo alrededor de su hombro y miro a Norte— ...gracias.

Norte niega y se da la vuelta, su mirada perdida me hace sentirme algo mal.

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No sé cuanto llevamos caminando en silencio. Hay palabras en el aire, pero nadie dice nada.

Él mira al frente, probablemente consciente de que hay cosas que debemos hablar, pero demasiado sumido en sus pensamientos como para hacerlo.

Cuando lo veo con la luz de la luna iluminando su rostro, noto que es realmente... Bonito. Su cabello es igual de oscuro que sus ojos, en contraste, su piel es pálida y está ligeramente bañada por pecas. Tiene pestañas largas y rizadas, su nariz es respingada, está levemente sonrosada por el frío y... Un momento ¿Frío?

Lo miro, pero esta vez a detalle y noto que en efecto, luce como si realmente tuviera frío. Está ligeramente encorvado y tiritando, tiene los labios apretados, se abraza a si mismo como si pudiera darse calor.

—Creí que no sentías frío... —murmuré, pero lo suficientemente alto para que pudiese escucharme.

—También lo creía... —murmura en respuesta y parece tan confundido como yo.

Miro alrededor, pensando en que podría calentarlo. Entonces recuerdo que llevo un suéter puesto todo el tiempo.

Empiezo a quitarmelo y él chilla, toma mis manos intentando ponermelo de nuevo. Lo miro sin entender y veo su rostro totalmente sonrojado hasta las orejas, creo que no precisamente por el frio.

—Te estás congelando —le digo y me quito el suéter, poniendoselo.

—P-Pero... Tú... —no evito pensar que es muy adorable, pero pellizco su mejilla.

—Está bien, no lo siento en realidad... Solo es para no andar medio desnudo —A pesar de que luce inseguro, asiente. Subo la capucha cubriendo su cabeza y el alza la mirada. Gracias a eso noto que es algo más bajito que yo.

—Deberías dejartela puesta, luces lindo —le cubro el rostro con la capucha y él exclama algo inentendible, sigo caminando, apoyándome en mi bastón y levitando de vez en cuando. Él se calla y me mira curioso.

Luego de unos minutos, él bosteza... Okay, esto es extraño...

Trato de encontrar un lugar no completamente helado y para mi suerte, logro observar a lo lejos una cabaña que parece vacía. Entramos y me encargo de buscar algo para abrigarlo, tomo unas cobijas y logro encontrar un encendedor para poder quemar la leña en la chimenea.

Me acurruco junto a él sobre la alfombra, sé que está cálido así que lo cubro con las cobijas. A pesar de que está dándome la espalda, sigo mirándolo.

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En algún punto de la noche, él se dio la vuelta hacia mí mientras dormía y me abrazó. Me dí tiempo para mirarlo detenidamente.

¿Que está mal en él? ¿O quizás hay algo mal en mí? No lo sé, y aunque solo lo veo como un chico inocente que sufrió mucho, solo puedo pensar en las palabras de Norte.

Pasa el tiempo mientra pienso y cuando me doy cuenta ya es de día. Sé que debemos darnos prisa así que por más que no quiera, lo despierto. Tomo una camisa blanca que estoy consciente nadie extrañará y nos vamos rápidamente.

—¿Tienes hambre? —le pregunto, dándome cuenta de que ahora puede que tenga más necesidades. Para mi sorpresa, él niega y sonríe.

—No tienes que preocuparte, estoy bien —sonríe y siento que mi corazón late con rapidez. Realmente me siento vivo.

Brisa Invernal (Jack Frost x Male Lector)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora