Capítulo 12

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Samuel se encerró en su cuarto. No entendía las palabras de Andrea, tampoco entendía porque le había dado ese colgante. A lo mejor kim y ella habían hablado y kim se lo había regresado. La llamo al celular, era muy tarde y estaría durmiendo pero necesitaba saber. Kimberly atendió tan dormida como imaginaba y lo que respondió lo dejo más confundido. Le aseguró que ella tenia el colgante en sus manos. No entendía nada y ella le pidió que volviera a confiar en Andrea, pues no le quedaban dudas de que era inocente. Colgó el teléfono y dio vueltas en la cama y en el cuarto sin poder dormir. -Que está pasando?- se preguntaba, sintiendo que está vez, las cosas no estaban tan claras y admitiendo que, quizás, se había equivocado. Busco, confuso, la carta de Beatriz en el cajón. La abrió y  leyó temeroso, por lo que pudiera decir:

Querido Samuel: Mi encantador niño, siempre tan bueno, tan tranquilo y pacifico. No estés triste por mi partida, se que prometimos volver a vernos después de que huyeras de tu destino y te refugiaras en Miami. No pudimos despedirnos, cariño, pero aun así, siempre te mantuve en mis pensamientos, así como agradecí que siguieras en contacto y me hablaras por teléfono. Nunca voy a olvidar toda la ayuda que recibí en mi rancho de tu padre Jose Gallardo pero sobre todo, todo el amor con el que siempre me han tratado tu y tus hermanos. Se que debes estar molesto conmigo al enterarte de mi pedido a que te casaras con Andrea. Te puedo ver enojado con Tía Beatriz en estos momentos, puesto que yo se muy bien, por tu propia boca, lo que ella te hizo. Pero, permíteme aclararte que no solo tu parte conozco, sino que también la he escuchado a ella. Y creeme, Samuel, que la vida no pudo ser mas injusta. O mejor dicho, la maldad de los que quisieron separarlos. Porque Andrea me contó que tu la dejaste, llorando desconsoladamente. Me dijo que su madre descubrió todo aquella noche y que la encerró en su cuarto sin que ella nada pudiera hacer. También me dijo que en cuanto llegó al establo por ti, encontró solo una carta de despedida. Cayetana Del junco me lo confirmó, una tarde que decidí visitarla. Me soltó con toda frialdad que agradecía que hubieras decidido dejar a su hija e irte solo. También fui testigo de cuantas veces Andreita rechazó a Leonardo.Era imposible que esos dos se entendieran, muchas veces se lo insinúe a Andrea pero ella nunca comprendía mis palabras. Me daba cuenta de que habían sido engañados por esa hiena y no me extraña en lo absoluto. Leonardo es tan perverso como su padre Emilio Valverde, estoy segura que está desesperado por casarse y tener un heredero. Esa fue la condición del viejo. Y el vio en Andrea la mujer sumisa que pueda ayudarlo. Lastima, no contaba con que Andrea estuviera ya enamorada de otro. Cuidare de esas hienas, hijo y cuida a Andrea. Ella te ama tanto como se que tu la sigues amando a ella. Por favor, Samuel, no dejes que la maldad triunfe. Ganales a ellos y a todos los perversos. Arregla tus problemas con ella, porque no son mas que un malentendido producto de terceros. Te quiero, Samuel y me despido segura de que ella y tu serán felices. Porque sabrás que hacer.

Samuel paso sus manos por su rostro. No podía creerlo, no podía ser. Ahora ya no tenia dudas, estaba claro. Beatríz jamas le mentiría ni Andrea sería tan cínica, ni mucho menos Cayetana admitiría algo así con Beatríz si no fuera cierto. Isadora y Leonardo les habían tendido una trampa. ¡Maldita sea!-exclamó- ¿ Como pudieron hacernos esto? Deseaba ir a buscar a Andrea en ese mismo momento y pedirle perdón por haber sido tan ciego. Pero tenia que calmarse y estar tranquilo. Al otro día habría un festejo en el spa, allí podría reconciliarse con Andrea. A la mañana siguiente, Andrea se levanto muy temprano y quiso ir por Marina. Necesitaba conversar con ella, saber quien era y quien la había puesto en ese lugar. También necesitaba que la viera un médico, por más que ella no quisiese. Marina le contó que el hombre malo la había engañado, que le hizo creer que solo la ayudaría. Pero que solo se había casado con ella para que le diera un hijo, que lo necesitaba por una herencia. Pero que su hermana, la bruja le había hecho perder a su hijito y que por su culpa no podía volver a quedar embarazada. - La bruja es muy mala, muy mala-repetía. Pero luego le daban grandes dolores de cabeza y no podía continuar. Andrea le pidió a Soledad que hablara con el doctor personal de la familia e hiciera que viniera a verla ya mismo. No podían dejar pasar mas tiempo. Aquella joven se veía muy perturbada y parecía no estar bien de la mente. Necesitaban saber hasta cuanto la habían dañado y que se podría hacer para ayudarla. Andrea le prometió que estaría bien, ya que estaba en seguras manos. Y aseguro también que quien hubiera hecho aquello tan cruel iba a pagarlo. Se fue enseguida cuando Samuel la llamaba, se dirigieron al aniversario del spa, Samuel hubiera querido lograr que lo perdonara ahi mismo. No dejaba de hacérselo sentir y Andrea entendía que por fin Samuel se había dado cuenta que lo habían engañado. Si había una esperanza y la confianza podía recuperarse, ese era el momento. En la entrada, Samuel tomo la mano de Andrea y ella no pudo evitar recordar viejas épocas, cuando Samuel le daba fuerzas y contención. -Deja de mirarla así, casanova, parece que la devoraras con los ojos- dijo Flavio, en su oído, mientras Samuel no le quitaba la vista de encima a Andrea, quien conversaba muy animosamente con Sofia y Kim. Samuel saco a bailar a Andrea y esta se sorprendió de gran manera, cuándo él la sujeto de la cintura y la pego más a su cuerpo. -Que haces?-preguntó ella, extrañada. - Bailar con la chica más hermosa de la fiesta. La única dueña de mis ojos, la que me hace temblar ante la idea de perderla porque no puedo vivir sin ella. La chica con la que sueño, algún día me perdone-respondió él con sus ojos tiernos. Los mismos ojos tiernos que Andrea había conocido y amado alguna vez. -Samuel...-suspiro ella, sintiendo tan cerca sus respiraciones. Comprobaba una vez más cuanto la podía. Samuel era su vida, era su todo. -Perdoname, mi amor- volvió a decir- ahora se que todo fue un engaño. Andrea lo miro y pudo sentir el calor de sus dulces labios. Permanecieron un buen rato así, hasta que Andrea se molesto porque Samuel la había besado y, nuevamente, desapareció. Pero esta vez la siguió. Hasta que llegaron al rancho. - Samuel, que haces?- preguntaba ella, mientras Samuel no dejaba de perseguirla y de subir las escaleras detrás de ella. Entraron a la habitación besándose, mientras sus bocas se abrían y sus lenguas se entrelazaban buscándose, desesperadamente. Consiguieron desprenderse de la fastidiosa ropa. Andrea se recostó en la cama y Samuel se subió encima. - No sabes cuanto te deseo, mi amor- susurro, mientras besaba su cuello. - y yo estoy ansiosa por tocar el cielo en tus brazos-respondió ella. Samuel acaricio sus senos, por encima de su brassier, Andrea lanzo un gemido.Acaricio cada parte de su piel, para luego desabrocharle el corpiño y ayudándole a que se lo quitase, beso sus pechos con demencia, ante la sonrisa de ella, sabiendo cuanto les gustaba. Andrea lanzo un suspiro de satisfacción cuando lo vio deshacerse de la última prenda que ella llevaba puesta. - Ayudarme tu también, mi amor- le pidió Samuel, mientras ella le quitaba su prenda intima y veía como él quedaba completamente desnudo. - Me debes seis años, Samu- dijo ella, mientras Samuel la penetraba con intensidad. Lo sintió dentro suyo y cerro los ojos para disfrutar en los brazos de su amado. Cuanto tiempo había pasado, como había extrañado su ser. Samuel seguía con sus embestidas, mientras ella clavo sus uñas en su espalda, sintiendo como perdía por completo el equilibrio y la noción de tiempo y lugar.Sentía el balanceo de sus caderas y el chasquido de sus cuerpos al chocar. Sintió unos espasmos cuando se vino dentro de ella. Se acostó a su lado y Andrea recostó su cabeza sobre su protector pecho. - eso fue increíble, samu-dijo, como agradeciéndole. El sonrió y beso sus cabellos. -Te amo, Andrea-le dijo.

Presa de tu amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora