¿Cómo sería si una chica ordinaria como las demás, estuviera al cargo de un erizo? Todo normal hasta ahora, ¿No? Pero, ¿Y si no se tratara de un erizo común y corriente? ¿Y si se tratara de uno antropomórfico y muy veloz? Pues, solo hay una forma de...
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La ojiámbar quedó estupefacta ante lo recientemente ocurrido; tenía ante sus ojos a una especie de erizo humanoide de al menos unos 100 cm. Este mismo mostraba confusión en su semblante.
—¿En dónde estoy? — Se preguntó a si mismo —¿Y a dónde se fue Eggman?
—Ah... Ah... — La chica aún seguía en Shock ante la criatura azulada.
—¿Uh? — El cobalto volteó, encontrándose con la ojiámbar —Eh... ¿Hola?
—¡AAAAAAAAHHHH!!! — Al reaccionar soltó un grito que se pudo escuchar hasta China —¡MAMAAAAAA, PAPAAAAAA! ¡UN PITUFO GIGANTE APARECIÓ Y SE TRAGÓ A MI MASCOTAAAAAA!!!
—¡Wow, wow, wow! Tranquila señorita — El cobalto intentó calmar a la pelinegra, ya que casi lo dejaba sordo por sus gritos.
—¡POR FAVOR NO ME MATES! — Se arrodilló implorando —¡TENGO AÚN MUCHO POR VIVIR! ¡NO ME QUIERO IR, SEÑOR STARK!!! — Comenzó a hacer poses dramáticas en el suelo.
—¿Eh...? — El cobalto quedó más confundido de lo que estaba —Escucha; lamento si te asusté, pero ya no puedo seguir perdiendo el tiempo, necesito encontrar a Tails, Kncukles, a Amy y regresar a casa.
—Espera un segundo... ¿Qué habías dicho antes? — Preguntó la ojiámbar ya calmada.
—¿Que necesito regresar a casa?
—No, no, lo anterior... ¿Acaso habías nombrado a un tal Knuckles? ¿También a un Tails, Amy y... Eggman? — El erizo asintió con la cabeza —No puede ser... ¡YO TE CONOZCO!!! — Exclamó apuntándole con el dedo.
—¿Ah...? — La confusión lo invadía cada vez más.
—E-eres... ¡ERES SONIC THE HEDGEHOG!!! — La pelinegra volvió a soltar un grito que llegaba a hasta China.
—¿C-cómo sabes mi nombre? — El erizo la miró sorprendido.
—Eh... Intuición femenina — Respondió mientras tiraba "disimuladamente" un juego de Sonic Aventure 2 —Oye, ¿Cómo rayos terminaste aquí?
—Eso mismo me pregunto yo — Comenzó a mirar a su alrededor —Pero primero buscaré a los demás — Corrió a toda velocidad hacia un bosque que casualmente estaba cerca de ellos.
—¡Espera, no vayas por ahí!
La pelinegra también se adentró al bosque para poder encontrar a aquél erizo cobalto, pero se detuvo en seco al escuchar un grito de dolor proveniente de lo más profundo del bosque.
—Seguro cayó en una trampa para osos — Se dijo a si misma mientras seguía su caminata.
La pelinegra se adentró más al bosque, en donde llegó hacia la fuente del sonido; encontrándose con el erizo cobalto, quien tenía su pie atrapado en una trampa para osos, tal y como la pelinegra había predicho.
