Conquistando a mi Crush. ©

Capítulo VI

Paso 4: Un amarre no está demás.

"A las 05:00, en casa de Danielle."

Esa era la frase que resonaba en mi cabeza.

Los chicos decían que era la más cercana a la universidad, además de que se podían quedar a dormir pues en mi habitación cabíamos los cuatro.

El único problema era Alice, mi hermana menor y una completa niña mimada. Aunque claro, como no iba a serlo si su mejor amiga era Kim, la jefa del equipo de porristas.

Saliendo de mi trance noté el gran trabajo que tenía, ordenar mi habitación y tener mi ropa a la mano, si los chicos se quedarían a dormir no podrían pasar entre mis montones de ropa y libros.

Una vez teniendo mi habitación un tanto presentable comencé a elegir mi atuendo, una falda corta café con una camiseta a cuadros negro con blanco era mi mejor opción. Y con mis botines quedarán bien.

—¡Alice ven, Alice, joder, Alice!.— grité a la sorda de mi hermana

—¿Qué carajo quieres?.— me gruño desde su habitación

—¿Has visto mis botines?.— le pregunté

—Deben de estar en la sala, ahí los tiraste el viernes que volvimos de cenar.— respondió con la mirada en su celular

—¡Gracias!.— dije bajando las escaleras para ir a la sala

—Como sea.— se metió de nuevo a su habitación

—Por cierto Alice...— la llame de nuevo

—¿Qué?.— preguntó irritada.

¡Ay, como amo joderla!.

—Hoy vienen Grace, Jade y Lucas. Procura comportarte y no actuar como la pedante mimada que eres, ¿si?.— dije con voz dulce y chillona, llena de verdad

—Tranquila Parker, me iré temprano.— dijo enfadada

—Bueno, te dejo.— baje lo que me faltaba de escaleras

—Estúpida.— dijo antes de cerrar su puerta muy fuerte

Vaya que es explosiva.

Al llegar a la sala  me dispuse a buscar mis botines, se que debería ser más ordenada, pero que importa, al final siempre resulta la misma pila de basura y ropa en mi habitación u otro sitio.

—¡Aquí están!.— grité cuando encontré mis botines

Todo esto me ha dejado exhausta, por lo que el sillón se ve muy tentador para recostarme...

♡♡♡♡♡

—Danielle...— percibo a lo lejos

Señor león, ¿es usted otra vez?.

—Danielle...— oí un poco más cerca

¿Por qué tiembla aquí?.

—Oye idiota, ya me voy, no vuelvo a dormir, suerte con los raros.— mencionó Alice sacudiéndome