Epílogo.

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Santielle.

—¿Estás más tranquila?.— pregunto Lucas

—Sí, gracias.— me aferré a su pecho viendo como los créditos salían en la pantalla

—Esa fue una grandiosa película.— mencionó Cath rompiendo el hielo

—Sin duda.— le acompaño Jade

—¿Se quedan a almorzar?.— pregunto mi hermana

—Uh, perdón Alice, mi mamá me pidió que vuelva pronto y debo regresar a las chicas.— se excuso Lucas

—Necesito cuidar a mi hermana.— mencionó Cath

—Yo debo ayudar a mi mamá con el almuerzo.— Grace

—Y necesito alistar las cosas de la universidad.— Jade

—Bueno, los acompaño para despedirnos.— me dirigí a la puerta

Los chicos de despidieron de mi hermana y Santiago, después salimos a la calle donde estaba aparcado el coche de Lucas.

—Los veré el lunes.— abrace a Jade

—Cuídate mucho, por favor.— pidió Grace cuando se acercó

—Trata de no explotar licuadoras.— río Cath

—No prometo nada.— saque la lengua

—Sí él se queda, golpealo por mí.— comentó Lucas haciendo mención a Santiago

—Lo pateare, no te preocupes.— reí

Subieron al auto y entre bromas se marcharon, di un gran suspiro y volví dentro de mi casa.

—Alice.— llame a mi hermana

—En la cocina.— respondió

Me dirigí a la cocina y entre más cerca estaba podía escuchar murmullos de una conversación y risas.

—¿Qué hacen?.— dije ya adentro

—Vemos si la licuadora funciona, pero parece que necesitamos comprar otra.— río mi hermana

—Iré por una entonces.— sonreí

—Oh no, tú quédate con Santiago, yo iré por la licuadora nueva.— asintió

—¿Y qué haremos mientras no estás?.— pregunté

—Ordenar la cocina y tirar esa licuadora antes de que mis padres la vean.— ordenó mientras tomaba las llaves de su auto y un bolso

—Pero...—

—Se me cuidan, no tardo.— dicho esto, cerró la puerta

—Oh genial.— murmuré

—Si quieres me voy.— oí decir a Santiago

—¿Eh?, no es necesario, además necesito ayuda con la cocina.— cambie de tema

—Es verdad, es un caos.— sonrió

Conquistando a mi Crush. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora