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Era temprano, el cielo todavía no se despejaba pero en  la ciudad ya había un notable movimiento con los estudiantes y los trabajadores.

Todavía faltaban unos veinte minutos para que las clases dieran inicio, algunos ya estaban en sus aulas, mientras que otros apenas iban llegando a la escuela. Excepto Tweek y Craig.

–Mmn, n-no deberíamos estar haciendo esto, Craig–dijo Tweek con su voz entrecortada.

–¿Por que no?–preguntó

–N-no lo se, no creo que sea correcto.

–¿Quieres qué pare?–le pregunto al oído en un susurro, mientras daba pequeños besitos  en la comisura de sus labios que hacían al rubio erizarse.

–Ngh... no–respondió al fin para juntar sus bocas de nuevo mientras pasaba sus brazos detrás del cuello del pelinegro.

Y si, se estaban besando, se estaban comiendo la boca gustosamente. No eran nada todavía, pero había que disfrutar las cosas, eran jóvenes y el tiempo se tenía que aprovechar, se tenía que vivir con decisiones buenas o con decisiones malas. Craig en verdad estaba disfrutando eso, los labios de Tweek eran suaves y tenían un sabor dulce, probablemente al bálsamo de labios que usaba , a eso incluyéndole que tenía sus manos sobre la cintura del castaño y podía sentir la exquisita forma de su cuerpo perfectamente, en verdad lo disfrutaba; pero, algo en su cabeza no lo dejaba en paz y no sabía si era el trato y que no debía dejarse engañarse por la tierna forma de ser del rubio o era la culpa viendo como Tweek le empezaba a gustar.

–Ahora si tenemos que irnos–decía el rubio cortando el beso.

–De acuerdo–aceptó Craig lastimosamente, Tweek se percató de eso y rápidamente plantó un último beso.

–Te prometo que después te daré más–sonrío bellamente. Craig acepto y por fin se encaminaron a la escuela.

Solo faltaban cinco minutos antes de que la campana sonara, Token y Clyde estaban frente de sus respectivos casilleros sacando algunos libros.

–Viejo, Tweek no me contesta los mensajes, me preocupa que no se haya subido al autobús–dijo Clyde a su amigo.

–Craig tampoco contesta, pero el aveces viene caminando–dio en respuesta el otro.

–¡Hey, Stan!–gritó Clyde al pelinegro que venia por el pasillo.

–¿Que pasa, dude?

–¿Has visto a Craig? No responde los mensajes–Stan respondió en negativo, cuando Kyle también se unió a la platica preguntado por el rubio a lo que respondieron igualmente que no.

Kenny iba entrando al colegio con cara de satisfacción y haciendo un tipo de baile relajado.

–¡Buenos días mis pajaritos del amor!–saludo alegre a sus amigos.

–¿Que es lo que traes, amigo?–pregunto Kyle.

–Nada, simplemente no han pensado en lo genial que es el contacto humano, ya saben, besar a la persona que te gusta, incluso tirársela, uno de los mejores placeres del mundo–decía sonriendo, sus amigos los miraban extrañados, estaba actuando más raro que de costumbre.

Un trato de amigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora