Fuegos muertos

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Jamás sus ojos cayeron al vacío
Murmurantes de amantes rotos
De verdades a medias y lunas menguantes.

Jamás los sentidos fueron reales,
Ni los sentimientos,
ni la censura de nuestras manos frente a los rostros,
Ni nosotros,
Ni nada

Nada

Nada

Nunca

Nadie

Tú.

Eras mi salvación, pero me besaste entre el espeso de tu sangre y de allí jamás podré salir.

DescuartizarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora