Capitulo 5

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Si no fuera por su color de ojos que es único, nunca lo habría reconocido. Estaba tan distinto, no entendía. Parecía mayor, de entre veinte y treinta años pero no muy viejo.

-         Iván ¿Qué haces?- dije tratando de sacarme sus manos tan suaves pero se resistió y me apegó mas a él.

El espacio que había entre nosotros dos era inexistente y nuestros alientos jugaban entre ellos, mi corazón se aceleró y mi respiración también. Obviamente me ponía  nerviosa que un chico me agarre de las caderas y me jalé hacia él, es normal en una chica. Pero no me ponía nerviosa por tener a Iván así de cerca, era que nunca había dado mi primer beso…

De repente siento un completo frío en mi cara y me quedaba sin aire. Salté de la cama y me encontraba en pijama, mojada en mi habitación con mis amigas  matándose de risa en el suelo. Enojadísima me puse a revisar la habitación buscando algo de venganza y ví que el balde que yacía en el suelo todavía tenia suficiente agua como para tirarle a las tres. Lo tomé y sin pensarlo dos veces ya estaban en el piso todas mojadas y la sonrisa se les iba poco a poco de la cara.

-¿¡Ahora quien es la que se ríe!?- dicho esto lance una carcajada malévola tirándome hacia atrás con la mano en mi estomago. Se miraron entre ellas y esbozaron una sonrisa maléfica, OH no eso es malo. Las tres pegaron un salto encima mió tirándome hacia la cama y ahogándome en cosquillas pero eso no me detuvo porque les empecé a hacer lo mismo. Sin darnos cuenta terminamos en una pelea de almohadas entre risas y golpes algo demasiados fuertes, era súper divertido. Las almohadas volaban, saltábamos encima de las otras, hasta nos dividimos en equipos. Melina estaba arriba de mi espalda con una almohada y Sofía arriba de Tita. Amaba estar con ellas, por eso eran mis mejores amigas.  

Quedamos rendidas en el piso y en la cama.

-         A todo esto… ¿Por que me despertaron de esa manera?-dije con la respiración agitada.

-         Tu mamá nos dejó pasar y como te vimos durmiendo no sabíamos si despertarte o esperar a que despiertes pero si elegíamos la segunda opción fijo íbamos a estar a las nueve de la noche esperando- explicó Melina desde el piso con voz agitada- y la idea de mojarte fue de Sofía.

-         ¡Sí!- dijo saltando desde la cama y apuntándome con su dedo a la frente. Entre crucé los ojos para ver su dedo, melina y tita saltaron a reírse muy fuerte, y Sofía siguió- Fue venganza por no darme el póster de Justin Bieber.

-         Atrás tenia uno de One Direction, no me jodas bitch.- dije levantadote la mano en tono de negra independiente.

-   Bueno, ¿vamos a comprar ropa para ir a la fiesta?- dijo Tita levantándose del piso. Odiaba comprar ropa pero la necesitaba para la fiesta, dudaba que vaya como dios me trajo al mundo.

Tardamos menos de una hora en cambiarnos y salimos de compras. Estubimos toda la tarde yendo de un lado al otro y probándonos cosas, ellas amaban comprar ropa y probársela. A mi sinceramente me molestaba ir de un local a otro, mirar ropa muy cara y no poder comprarla. Además que hoy en día tienes que ser anoréxica y tu cintura tiene que medir por lo menos 10 centímetros para que te entre esta ropa. No diga que yo sea rellena, era normal el tamaño de mi cuerpo. Siempre fui un poco mas alta que todos mis amigos y compañeros pero a partir del segundo año empecé a quedarme con la estatura de un metro sesenta y siete. Sí, tengo 16 años y mido 1,67, triste pero con el tiempo uno se acostumbra. Es rara la sensación de que toda tu vida fueras mas alta que todos y de un año al otro todos crecieran y vos te convirtieras en una de las bajitas.

90 DíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora