Me desperté recordando lo que había pasado la anterior noche. No se porque dije el nombre de Alex en vez de decir el de Carlos, nunca me había pasado. Una voz procedente de la cocina me hizo volver a la realidad.
-¡Meegaan! ¡Baja ahora mismo tenemos que hablar!- dijo mi madre muy cabreada. A saber que he hecho tengo miedo.
-Dime- dije en tono de miedo.
-¿Me puedes explicar qué hace un condón USADO en el suelo del baño?- me miraba con cara de rabia y con picardía a la vez. Lo único que se me pasó en ese momento por la cabeza fue matar a Carlos.
-Pues no lo sé.
-Mira entiendo que hagas tus cosas en privado, pero por favor limpia todo luego. Gracias- se medio rio y se fue a trabajar y yo me puse más roja que un tomate.
Cuando se fue mi madre subí rápidamente a mi cuarto para cambiarme coger las cosas e irme al instituto, no sin antes matar a Carlos. Corriendo fui a su casa, llegar no me costó por el simple hecho de que somos vecinos. Iba a tocar el timbre, pero justo salió de su casa.
-Joder Megan que susto. ¿Qué haces aquí?- dijo molesto.
-¿Qué qué hago aquí? ¿a ti que te pasa? ¿cómo se te ocurre dejar el condón en el baño como si nada?- dije cabreada
-No se me pareció buen sitio- dijo con indiferencia y se fue.
Estaba clarisimo que estaba picado por lo de ayer y por eso ha hecho esto. Pero esto no se va a quedar asi pienso vengarme.-Oye espera un momento, ¿Qué te parece si después de clase me ayudas con filosofía?- dije mientras le tocaba el pecho y me mordia el labio. Sabía perfectamente que eso le volvía loco asi que aquí empezaba mi venganza.
-Pues creo que puedo, si eso te recojo y volvemos juntos a casa- dijo con una voz grave muy sexy además, sus ojos empezaron a brillar de deseo, sabía que funcionaría.
Cuando llegue al instituto con Carlos, me encontré con Alex, de repente Carlos me besó. No sabía que hacer era la primera vez que me besaba en público asi que lo aparte. Se supone que lo nuestro no lo sabía nadie y quería que siguiese asi.
-¿Qué hostias haces?- le dije medio cabreada.
-Nada sin más me apetecía hacerlo y lo hice, luego te recojo y volvemos juntos- se fue y me dejó con la palabra en la boca odio que haga eso. Asi que más cabreada aún me fui a mi clase.
-Asi que...¿tienes novio no?- me dijo Alex nada más sentarme.
-No es mi novio
-Y entonces ¿ese chico?- me preguntó intrigado.
-Es Carlos de la otra clase, es mi vecino y somos muy amigos. Por favor no digas nada del beso.- dije mientras cruzaba mis dedos y ponía cara de pena.
-Vale no digo nada, pero sólo si me ayudas con matemáticas ¿trato?- dijo más feliz que una perdiz.
-Esta bien yo te ayudo. A ver dime.
-No ahora no. ¿Qué te parece hoy a la tarde?
No sabía que hacer me apetecía estar con Alex aunque sólo fuese para ayudarle con mates pero tenía que darle a Carlos de su propia medicina.
-No creo que pueda si quieres quedamos mañana- le dije sonriendo.
-Vale perfecto pero mañana sin falta eh no me falles.
-Sisis tranquilo mañana si o si.
El día transcurrió normal no recibí ni una carta asi que supuse que todo sería una broma pesada de los chicos. Cuando se acabaron las clases volví a casa con Carlos. Me invitó a comer, asi que nada más llegar a su casa comencé mi venganza.
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La Carta
Teen FictionMegan, una chica morena tanto de pelo como de piel de 16 años recibirá una carta que le cambiaría la vida de una forma buena o mala no se sabe.