Parte 13

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  Salí de wasap. Sentía el corazón palpitándome en la boca. En los labios. Casi como si pudiera escupirlo. El corazón. No a Simón. Aunque se lo merecía bastante. Y ahí me di cuenta de que muy canchera, yo. Muy canchera con que no me importaba y no me gustaba pero no podía leer su mensaje como el de cualquier otro. Volví a entrar en wasap y giré el teléfono para tratar de leer lo más posible del mensaje sin que figurara como leído. Un arte.

  Había un mensaje solo. Y no hubo mucho que leer. 

  Me gusta tu pelo corto.

  Abrí los ojos desconcertada. ¿Eso?

  Volví a leerlo sin abrirlo.

  Me gusta tu pelo corto.

  Ajá. De las cosas que le cambian la vida a cualquiera. Un año para llegar a esa conclusión. En 2040 por ahí me contactaba para decirme lo patético, cobarde, forro, tan forro que había estado con su desaparición después del beso. 

  Fruncí la boca. Me acordé de las empanadas. Las saqué del microondas y me senté en la barra, empanada en la mano, celular en la otra, a mirar una y otra vez el mensaje que no quería abrir, que me viera en línea si él también estaba y que supiera que no pensaba correr a leer su breve mensaje. ¿Qué foto tendría? No podía verla con nitidez. Y para eso tenía que leerlo.

  Me comí otra empanada. Lo iba a abrir y le iba a clavar el visto. Lo abrí. 

  El mensaje era solo eso. 

  Me gusta tu pelo corto.

  Levanté una ceja sin entender mucho. 

  Tampoco había tanto que entender. Simón, un año más tarde, intentaba acercarse a mí. Ahí al alcance de mi mano, en línea, esperaba. 

  Que esperara sentado.

  Abrí la foto. Algo de un partido de fútbol. 

  Volví a mirar su mensaje. 

  Curtite un poco, Simón. 

  Y sonreí. Porque a mí me encanta mi pelo corto. Aunque algunas veces me den ganas de hacerme un rodete así medio suelto. Pero me encantan mi pelo corto y mi nuca desnuda. Y estaba en eso. Simón. La nuca. Su mensaje. Estaba en eso cuando entró un mensaje de León. 

  Ni lo pensé, lo abrí.

  ¿Hacemos algo hoy?, me preguntaba después de nuestros puños cruzados.

  Sí.

  Ni lo pensé, lo hice.

  M e  a n i m é. 

  Dije sí.

Intermitente Rafaela - Mariana FuriasseWhere stories live. Discover now