VI

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Llegue a casa, deje mis cosas en mi habitación, las llaves del auto y grite que saldría un momento. Mamá me grito que llegara para la hora de la comida y yo simplemente dije que si en un susurro. Salí de la casa y comencé a caminar sin rumbo, sin embargo mi rumbo paro a dos cuadras de donde vivía Chloe.

Tenía ganas de llegar a su casa y volverla a abrazar como lo había hecho hacía unas horas. Pero no podía, no quería que aquello pasara, no quería terminar más lastimada de lo que ya estaba. Sentí como mi trasero comenzaba a vibrar, era mi teléfono con un mensaje de Thomas. Tenía que volver porque mis padres tenían que salir de emergencia a ver a mi abuelita a Colombia, pensé lo peor, mi abuelita ya era una mujer de edad avanzada y que tenía problemas de salud. Corrí sin mirar por donde iba y cuando menos lo pensé, me encontraba en la acera, tirada con un dolor en mi trasero.

—Oh, lo siento, muchacha—escuche la voz de un hombre— ¿Sofía?—eleve mi cabeza y mi sorpresa fue ver al padre de Chloe. El hombre me extendió su mano y yo, la tome para apoyarme y levantarme.

—Señor Hosterman—Phillip sonrió y caminamos hasta un pequeño árbol para protegernos de los rayos del sol.

—Que gusto volverte a ver—yo sonreí—mira que le he dicho a Chloe que te lleve a la casa para que veas mi última creación pero ella no te lleva—el suspiro—tu hermano no es tan "bien dotado" como tu.

Eleve mis cejas y lo mire confundida—sé que mi princesa está saliendo con tu hermano. Sin embargo cuando te llevo a la casa, hace unas semanas, pensé que serías tú a la que vería con más frecuencia por allí. Chloe solo hablaba de ti, lo sigue haciendo...

—Yo...he estado ocupada con cosas de la escuela y un par de proyectos, pero le he dicho a Chloe que tratare de verla más y ya poder venir a su casa—El señor sonrió—señor, me gustaría hablar más, pero tengo que partir a mi casa—el asintió—fue un gusto encontrármelo, es siempre un placer hablar con usted.

Phillip Hosterman me abrazo y susurro en mi oído—no me lo tomes a mal, pero sigo pensando que eres el mejor partido para mi niña—yo me sonroje y el me guiño un ojo.

El señor Hosterman siguió su camino y yo el mío. Las palabras del padre de Chloe seguían en mi mente, las quería sacar pero no podía, aquello me dio una leve luz en mi obscuridad. Cuando llegue a mi casa, mis padres ya tenían sus maletas en la puerta. Me dijeron que solo quería ver a mi abuelita puesto que la enfermera que la atiende, les dijo que quería verlos. Yo asentí y nos dijeron, a mí y a Thomas, que no nos preocupáramos y que si hacíamos alguna fiesta, la hiciéramos con moderación.

—Cuida que no queme la casa tu hermano, amor—me susurro mi papá y mamá lo apoyó en aquel comentario.

Ambos caminaron hasta el taxi que los llevaría al aeropuerto. Thomas beso mi mejilla y dijo que iría con Dylan y yo sabía que eso significaba algo: fiesta en la casa. Me fui a mi recamara y puse música a todo volumen. Se dice que cuando las palabras faltan, siempre está la música. Dos horas después, me desperté. Me había quedado dormida. Escuche ruido en la primera planta de la casa y me puse mis lentes. Cuando baje vi a Mitchell, Dylan, Sarah, Dianne y Booboo en la casa. Thomas puso sus brazos alrededor mío y me dijo.

— ¡Fiesta está noche!—yo rodé los ojos—Sofi, Sarah tiene algo para ti—lo miré confundida y la castaña me tomo de la mano y me llevo a mi recamara.

— ¿Qué está pasando, Sarah?—ella sonrió

—Tu cambio de look esta en mis manos—abrí mis ojos enormemente. ¿Cambio de look? ¿Qué que carajos estaba hablando?

Vi que Sarah se dirigía a mi closet, miraba mi ropa, elegía que sí y que no. Que me quedaba bien y que tenía que tirar. Estuvo a punto de llevarme al centro comercial para comprar ropa, pero me opuse. Le dije que me mantendría fiel a mi estilo, no quería uno nuevo. Sarah apoyo mi decisión. Comenzó con alaciarme el cabello y prosiguió con la ropa. Un pantalón pegado color azul marino, una blusa blanca con una insignia al frente, un blazer y unas ballerinas complementaron el conjunto. Sarah quitó mis lentes e hizo que me pusiera unos de contacto.

Dos es mejor que uno (Dofia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora