XI

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— ¡Oh por Dios, Sofía! —escuche como Chloe gritaba al verme el ojo morado con un poco de sangre seca en mi ceja derecha, así como mi labio inferior roto y uno que otro morete en mis brazos.

Justo después de que Thomas se había ido, yo había salido prácticamente corriendo a la casa de Chlo, no quería que me viera de esa manera, sin embargo tenía que decirle todo acerca de lo que había pasado entre nosotros dos.

Mi rostro dolía, sentía que los ojos se me saldrían de mi cara y así mismo sentía como mi cuerpo se desmoronaba de dolor. Hay ocasiones que el dolor físico es solo un aire leve en una tormenta, comparado al dolor emocional.

Me dolía cada parte de mi cuerpo, me dolía ver la mirada decepcionada de mi hermano en sus ojos pero sobre todo me dolía no haber sido honesta con él, decirle que estaba enamorada de su novia desde el principio, desde que la vi... desde siempre.

—No me paso nada—dije mientras me sentaba en el borde de la cama de Chloe

Ella se hincó ante mí—No me digas que nada, cuando estoy viendo tu cara llena de golpes—me dijo mientras me tocaba suavemente mi labio partido.

Suspire—Thomas y yo...él está muy enojado y una cosa llevo a la otra y—calle unos segundos—no soporte que hablara mal de ti y esta fue la consecuencia.

Ella suspiro y se sentó junto a mí mientras entrelazaba sus dedos entre los míos. Aquel acto siempre me tranquilizaba, sin embargo en ese momento no sabía si aquello bastaría para calmar los nervios que tenía, la desesperación y la impaciencia de la situación.

—Entonces... ¿Ya sabe todo por completo? —yo asentí—te dijo... ¿Te dijo como se enteró?

—No, pero por su reacción supongo que no fue de la manera en la que él quería encontrar a su hermana y su novia—dije en susurro—de hecho ni yo le pregunte ni él tema salió, Thomas estaba tan enojado en ese momento que creo que los golpes fueron su único escape...la única salida de su frustración y lo entiendo...

Chloe me interrumpió

—No la era, Sofía. Después de todo eres su hermana, ¡Dios! ¿Cómo pudo golpear a una mujer?

Alcé los hombros—Igual yo lo golpeé primero

Ella rodo los ojos

—Y ahora... ¿Qué va a pasar?

Suspire y la mire directamente a los ojos—Lo primero será que les diga a mis papas todo--ella me miro—si es Thomas quien les cuente todo, las cosas terminaran mal y puede que—guarde silencio

— ¿Qué?

—Chlo, mis padres no saben que...pues a mí me gustan las chicas, de hecho el hecho que no me presionen con novios es maravilloso, sin embargo el que se enteren de que ando con una chica y más con la novia de mi hermano...la cosa se pondrá fea y no quiero que nada te pase, que nada le pase a lo que tenemos.

—Está bien. Confió en ti—le medio sonreí y ella beso mi mejilla suavemente. El contacto de sus labios con mi piel era una sensación maravillosa, una relajación inesperada que traía serenidad y calma en mi cuerpo nervioso y frustrado.

Mire el reloj de mi celular y este marcaba las 14:00 hrs, la hora en que mi padre salía de trabajar por lo que me despedí de Chloe y me dirigí a mi casa casi corriendo. Mi papá tendría que saber el lado de mi historia también y tendría que hacerlo rápido.

Se dice que lo que fácil llega, fácil se va. Sin embargo mi relación con la rubia no fue fácil, nunca lo fue. Tener que compartir su amor con mi hermano era la peor tortura jamás vista en el mundo; por lo que aquello que tenía con Chloe no se iría porque lo te que teníamos iba más allá de una relación fortuita.

Dos es mejor que uno (Dofia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora