...
Semana tras semana, pelea tras pelea, fiesta tras fiesta, y nada lograba sacártela de la cabeza.
Ni siquiera podías pensar en sustituirla por otra.
Ni siquiera podías mirar a otra.
Lo sabía, sabía que pensabas así, porque en el fondo sentía exactamente lo mismo.
« A veces desear hacer algo, no era suficiente para sacarte la espina. »
Tus amigos seguían diciéndote que la olvidarías pronto, pero los dos sabíamos que no era así, porque después de todo estaba por cumplirse el año y aun seguías con lo mismo.
"Tranquilo, no eres el único"
Esas son las palabras que logré decirte por primera vez en la vida, no fueron por valentía, ni atrevimiento, diría que fueron más por una terrible casualidad. Si, terrible, porque a pesar de que lograste escucharlas, y a pesar de saber que había alguien a tu lado.
Que aquella persona compartía contigo más que un dolor escondida en palabras, decidiste dar la vuelta e ignorar mi existencia.
Gracias, porque ese día supe cómo era lastimarse el corazón sin necesidad de decir palabras.
Y dolió como el maldito infierno.
Ese día pase la noche sentada a tu lado, eran simplemente unos cuantos asientos de distancia y aun así se sentían como miles de kilómetros.
Podía escuchar el sonido de tu respiración y con ella el centenar de pesadas cargas que llevabas sobre la espalda.
Toda la noche estuve acompañando tu desolada figura, era la penumbra que te cubría, y no me importo que no me prestaras atención, ni el que no voltearas ni por un segundo a tu alrededor. Me quede ahí, esperándote, abrazándote en silencio sin tocarte, porque era lo único que podía hacer por ti en esos momentos. Y no fue suficiente y nunca lo será, y aun así me quede. Porque pensé que al menos podríamos sentirnos menos solos de lo que ya estábamos.
El vaso en mi mano seguía lleno mientras aun veía tu sombra desolada en la orilla.
Poco a poco bebías de mí, porque a cada segundo que pasaba a tu lado, me desgastaba junto contigo.
Las risas inundaban nuestro entorno, podía sentir como todos disfrutaban sin nosotros. Tus amigos aun lado de ti y las mías del otro lado de la esquina. Podía sentir miradas en mí, pero nada me importaba más que el chico solitario a mi lado, tú. Podía sentir como cada vez tu alrededor se enfriaba y entonces hacia lo mismo para que nadie se nos acercará. Quería que te dejaran solo, porque lo necesitabas.
Y de un momento a otro, cuidarte se hizo parte de mi rutina. Porque estabas solo y lo necesitabas, aunque ni tú mismo te dieras cuenta de ello.
Clase tras clase te observaba, caminabas perdido, como si cada paso que dieras no fuera necesario. Te vi perdido en miles de formas, que ni podría contarlas todas. Podía saberlo con sólo verte, y no era la única, las personas hablaban, muchos contaban tu historia, muchos inventaban, y yo intentaba que te destrozaran lo menos posible.
Fui egoísta, al igual que tú.
Intente protegerte mientras tú protegías a alguien más que no era yo.
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En alguna parte de mi antagónica vida, me di cuenta que te necesitaba más de lo que pensaba, eras lo único que quería en la vida, pero tú no me conocías. Y a pesar de ello aún seguía detrás de ti como una chica fantasma que perseguía un sueño que solo duraría unos pocos segundos.
En ocasiones te devolvía cosas que perdías sin sentido, a veces te seguía e intentaba que no cayeras tan profundo. Hubo veces en que tendí mi mano sin que supieras que era yo quien te sostenía en las sombras. Intente que todo a tu alrededor siguiera sobre ruedas, pero no podía ayudarte si tú no te ayudabas a ti mismo.
El tiempo pasaba, el mundo seguía su curso y nosotros aun seguíamos ahí, en el mismo lugar donde nos dejaron.
Porque tu sin saberlo, me dejaste atrapada en un sueño que no lograba tener final.
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A G O N Y 《 J. Jungkook 》
Fanfiction◤ "Hermosa agonía, tan dolorosa y adictiva" ◢ . . . ☞ No se aceptan copias ni adaptaciones ☞ Totalmente de mi autoría ☞ Historia heterosexual ☞ Capítulos cortos