...
—Hey, chica.
— ¿Eh? —respondí confusa.
— ¿Qué tanto miras? —sonreí avergonzada.
—Nada, sólo me distraje un momento. —contesté acercándome por completo al grupo de chicas que me miraban consternadas.
—Una eternidad, diría yo. —habló una de ellas en respuesta a mi falta de atención. .
—Lo siento chicas. —sonreí apenada. Ni siquiera yo podía procesar lo que me había sucedido hace un momento.
—No importa. Debemos irnos a clases ahora. Vamos.
Y cuando vi que todas se ponían en marcha dejándome atrás, volteé un momento más en busca de esa sonrisa. Y pude verte. Y entonces supe quién era el chico que me dejo atontada.
Estaba sorprendida y aliviada a la vez. Porque de alguna manera pude saber quién eras. Y tal vez desde hoy en adelante podríamos cruzarnos de vez en cuando.
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Al salir de clases quedé en verme con una de las chicas, esperar tanto tiempo por ella era algo usual, pero nunca como ese día. Los minutos pasaban a gran velocidad y cuando pensé que no aparecería, lo hiciste tú. Con ese cabello revuelto y extremadamente sexy, la camisa a cuadros te quedaba bien, y esa camiseta blanca.
¡Dios! ¡Eras perfecto!
Y el chico a tu lado, lo conocía, era un conocido de una de mis amigas. Estabas platicando muy a gusto con tu acompañante, hasta que vi que a lo lejos se te acercaba una chica, era común, como muchas, pero era especial, pude verlo en tu mirada.
¿Una amiga o tal vez tu novia?
Fuera lo que fuera, conocía mi lugar.
Éramos dos extraños.
Uno que anhelaba y otro que ignoraba.
Decir que no me sentí extraña sería mentira. Pero la verdad permanecerá oculta, porque lo único que podías mirar, era a ella.
Le pertenecías y yo no podía hacer nada al respecto.
Interferir no era una opción.
A lo lejos vi a mi amiga acercarse mientras saludaba de soslayo a tu amigo.
Y unos instantes después llegó a mi lado.
Volteé a verte un momento antes de partir.
Me despedí de tu imagen.
Una imagen que no deseaba dejar atrás, pero mientras existiera ella, todo sería distancia.
Una distancia que no estaba segura de poder superar.
Cada paso lejos de ti, era una imagen de ti y ella sonriéndose el uno al otro.
Y mientras mi corazón sufría, tu desconocías el amor profesado hacia ti.
Un amor tal vez más fuerte del que incluso tienes frente a ti.
Y los días pasaban, y poco a poco la tormenta que aún no comenzaba se calmaba.
No te buscaba ni deseaba hacerlo, porque sabía que mientras estuviera ella, nadie más entraría en tu vista.
Los días volvieron a ser monótonos, seguía una rutina que en ocasiones asfixiaba.
Las horas seguían pasando y la presencia del uno hacia el otro era innecesaria.
Al menos así era, hasta que todo cambio.
Ustedes terminaron.
Y cuando lo supe, no estaba feliz como el resto de chicas que te miraban desde una esquina.
Tus días eran grises, al igual que los míos.
Te miré durante horas en los que te ahogabas en el dolor de su olvido. Te vi apagarte como una luciérnaga en sus últimos minutos.
Era un dolor desgarrador y silencioso, que en ocasiones te devoraba sólo en compañía de una oscura soledad.
Tu amanecer se había apagado, y contigo, el mío también.
Tus ojos apagados. Tan vacíos como los míos.
Verte sufrir era verme sufrir. Y nada tenía sentido.
No me gustaba verte así, y por ende verme así.
Quise acercarme y calmar tu tormenta. Pero no era apropiada, no nos pertenecíamos. No podía alucinar imaginando que era ella y tú eras mío. Porque ella aún seguía ahí y no creía que desapareciera pronto. No ahora.
Tenía que esperar, un largo tiempo a decir verdad.
Así las horas se convirtieron en días, y los días en semanas, los meses en años, y cuando menos lo imaginé, las estaciones habían cambiado y sin embargo nosotros aun seguíamos estancados, ahogándonos en un mar sin fin.
Hubo una ocasión en donde recuerdo haberte visto, estábamos tan cerca de lo que jamás estuvimos. Pude ver tu mirada perdida y tus susurros salieron disparados como una bala hacia mí.
El viento cargó con tus lamentos mientras los veía alejarse sin lugar de destino.
"Te esperaré"
Las mismas palabras que una vez te dediqué. Y entonces comprendí, que aún estabas muy lejos de mí.
Aun recorrías un camino que no te pertenecía. Y justo detrás de ti, te seguía yo.
Como la completa idiota que era.
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A G O N Y 《 J. Jungkook 》
Fiksi Penggemar◤ "Hermosa agonía, tan dolorosa y adictiva" ◢ . . . ☞ No se aceptan copias ni adaptaciones ☞ Totalmente de mi autoría ☞ Historia heterosexual ☞ Capítulos cortos