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-Oye! Indigente, ven aqui- dijo el hermano mayor de aquella familia

-No soy indigente- respondí

-Cállate y solo sigueme- dijo mientras caminaba en dirección a su habitación, yo lo seguia, seguro el muy holgazán me dirá que ordené su habitación

-Qué quieres?-

-Pasa a mi habitación rápido- ordeno desde adentro de su cuarto-

-Qué pasa?- cuestione una vez dentro

-Ven sientate alado de mi- indico- quiero estar a solas contigo

-¿Qué? ¿Para qué?- pregunte un tanto nerviosa. El se acercaba a mi, tanto que podía oler su fragancia y ese asqueroso aroma a licor

- Estas ebrio, alejate de mi-ordene

-Tranquila nena- dijo mientras me tomaba por la cintura- Yo se que quieres

-Suéltame imbécil- gritaba mientras trataba de safarme de su agarre

-Hola, Eva, ya regrese - gritaba mi padre desde abajo

Trataba de gritar pero el muy estúpido no me soltaba, después, él solo abrió su puerta y me empujo. Yo no dejaba de llorar; mi padre me escucho.

-¿Qué pasa Eva? ¿Te encuentras bien ?- pregunto

-Ese maldito desgraciado, intento abusar de mi- decía con un mar de lágrimas

Mi padre entro rápidamente a la habitación y sorpresa. El no estaba

-Eva deja de hacer estos dramas. Se que no quieres vivir aqui pero no tienes que inventar algo tan absurdo -

-No me crees, cierto ?-

-Eva, ya eres demasiado grande para hacer estos dramas- el me regañaba-

-De acuerdo no me creas, yo me las arreglaré sola- dije mientras me levantaba del suelo y me secaba las lágrimas.

La vida de EvaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora