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Parece que tengo boca de profeta, como ya había dicho, sabía que la vida no tardaría en jugármela moviendo su pieza y así lo hizo.

Me despidieron de un trabajo por una injusta razón y eso realmente me altera. No tendré dinero para pagar el medicamento de mi madre que por cierto esta internada en el hospital ya que tuvo un colapso nervioso mientras yo estaba en la escuela. Afortunadamente la vecina la llevo a tiempo al hospital y ella no esta en riesgo.

Tal parece que tendré que dejar los estudios y buscar otros trabajos por que el deposito de la casa y el medicamento no se pagaran solos.

Lo único que espero es que la vida no me haga otra jugada con la cual no pueda lidiar.

La vida de EvaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora