Dos

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...-Oh Dios mío Aitana pe-pero ¿có-cómo es que estás..., ¿t-tus padres no saben que...

-Hola Luis-interrumpió la chica sin dejar de mirarlo fijamente.

El chico intentó abrazarla pero ella lo detuvo con el brazo.

-Oh vaya-dijo este sorprendido-si que fuerza tienes... ¿Dónde has estado?, ¿Cómo es que no has ido a tu casa?... ¿Po-Porqué no me has llamado?.

La chica sonrió y luego negó con la cabeza.

-Shssss...no preguntes tanto. Tan solo debes saber que estoy aquí y que a pesar de todo sigo echándote de menos. Mi vida es otra y es muy solitaria... necesito un compañero.

-¿Compañero?, no te entiendo, Aitana, te tengo enfrente pero no pareces tú, estás diferente, ¿De qué va todo esto?.

-Ven siguime y lo entenderás-dijo ésta agarrándolo de la mano y llevándoselo hacia el bosque.

-¿A d-dónde vamos Aitana?, ¿Ahora eres una perturbada que vive en el monte?-preguntó este mientras era tironeado a la fuerza entre la naleza.

De repente la chica se detuvo al pie de un gran arbol, donde había lo que parecía una cama echa con mullidas hojas y empezó a desnudarse ante la atónita mirada de Luis.

-Quítate la ropa también. Necesito que me hagas el amor. Llevo mucho tiempo esperándote.

El chico chasqueó la lengua incrédulo.

-Venga deja la broma ya, Aitana. Me estás preocupando.... No vamos a acostarnos sin hablar de esto primero... No pienso aprovecharme de ti así, tu cabeza no está bien.

La chica ya completamente desnuda, lo miró con expresión seria y se acercó a él, en un rápido movimiento le arrancó la ropa y luego lo empujó hasta que éste cayó tumbado en las frías hojas.

-Esto no es una broma Luis, te necesito y tú vas a ayudarme-le susurró ésta mientras se frotaba contra él y comenzaba a lamerle el pecho.

El chico no pudo resistirse por mucho tiempo, Aitana era una chica muy hermosa y además era muy convincente, así que también comenzó a acariciarla y a besarla.

Pronto también el calor y el deseo se apoderaron de Luis y entonces tomó el control de la situación, haciendo rodar a la desatada Aitana y colocándola bajo suya.

Rápidamente el chico introdujo su erecto pene dentro de la chica, tras las múltiples súplicas de ésta, la cual soltó un gran y ronco gruñido que aunque lo desconcertó, no hizo que se detuviese.

Profundas y fuertes estocadas fueron propinadas para apaciguar el deseo sexual de ambos, mientras soltaban múltiples jadeos y suspiros de placer, mezclados con el picante e intenso dolor que el chico sentía, por las afiladas uñas de la chica clavadas en su espalda.

Poco después Luis sintió próximo el clímax.

-V-Voy a co-correrme, Aitana.

-¡Necesito más!...¡más!, ¡sigue...¡sigue!-exigía la chica.

Cepeda intentó aguantar, parándose unos segundos y luego continuando de nuevo, hasta que ya no pudo contenerse más y terminó soltando su blanco y espeso semen en el interior de la chica, la cual soltó un aterrador gruñido y tras sujetarlo fuertemente, le mordió en el cuello y luego lo soltó, disfrutando del gran éxtasis que estaba sintiendo.

Luis gritó durante unos minutos, en los cuales sintió un terrible dolor y luego se desmayó, Aitana entonces taponó la herida con un trozo de la camisa de este y luego lo cargó hasta el borde de la calzada, para que con suerte alguien lo encontrase y lo llevase al hospital.

-Espero que sobrevivas, Luis. Te necesito a mi lado-dijo ésta antes de desaparecer entre la maleza, al ver las luces de un coche que venía hacia ellos.

7. Lobos - Aiteda (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora