Capítulo 3. Un milagro de Papá

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Zapateaba en su corazón el volverme a ver ¿Cómo así? me explico. Ella fue un día a mi iglesia. Pasé a su lado sin notar que ella estaba ahí. La verdad había llegado tarde y me tocaba tocar con la banda. Ella me contó que ese día, escuchó mi voz, y aunque no tengo la mejor voz; a ella le gustó. Pero desde el lugar donde ella estaba, no me podía ver, y quería saber, ¿quién estaba cantando?

Después pasé nuevamente a su lado, y ella había ido a la iglesia con alguien que yo conozco. Lo saludé a él y ella estaba al lado —no me había fijado en ella— Ella supo que yo fui quien estaba cantando, y desde ese día me quería volver a ver, aunque su pensamiento era: "seguro nunca lo volveré a ver otra vez" me contó una vez. Hasta me había escrito algo acerca de esto, solo que lo perdí. Ella creía que nos volveríamos a ver, pero se equivocaba.

Al poco tiempo, fui a su iglesia a una vigilia donde invitaron a mi pastor. Esa noche fui como pianista y también a cantar, era lo que más me gustaba. El pastor fue invitado para llevar el mensaje de la vigilia. Él terminó y ya nos íbamos, pero ahí fue cuando la vi. La vez pasada, yo no la había notado, pero esta vez sí, es que me traía comida. Sí, comida. Se acercó con una merienda para mí. Ese día fue la primera vez que nos vimos cara.

—¡Gracias, mujer! —le grité, ya que se había ido. Ella miró hacia mí, y me hizo un gesto con la mano (no es nada)

Al día siguiente, en las redes sociales, la vi y le envié una solicitud de amistad. La aceptó. Comenzamos a conocernos sin saber en lo que nos convertiríamos.

Recordó que hace años también me había visto. Ella iba con un amigo que me conocía, y cuando me vio; me saludó y yo a él. Pero no nos presentó (se puede decir que esta era la primera vez que nos veíamos, pero no recuerdo nada de eso. Cuando ella fue a mi iglesia, se puede decir que fue la segunda vez, pero ni hablamos, y ni me había fijado en ella. Y la tercera, que es la que considero como la primera vez, fue ese día que me llevó comida. El poder de la comida) Creo que aún no era el tiempo de conocernos.

A veces creo que el destino quiso unirnos con lazos de amor, como estrellas a una constelación unidas por líneas imaginarias.

Te preguntarás ¿Qué es una constelación? Una constelación es la agrupación de varias estrellas, unidas sin importar que se encuentren a miles de años luz de distancia. Para mí; eso es una relación a larga distancia, estar unidos sin importar los kilómetros que nos separen. Así como ella y yo.

Tiempo después de eso, nos hicimos novios. Hablamos con nuestros padres y con nuestros pastores. Todo era bonito, hasta que empezaron los problemas. Teníamos los problemas de toda pareja como: celos, tiempo, no nos entendíamos en ciertos momentos, pero no acabó solo por eso. Fue una decisión difícil lo que me llevó a eso, a irme de la iglesia y la razón por el cual se acabó.

Fue una prueba de la vida, del universo, de Dios, no sé cómo quieran llamarle. Tenía que escoger entre estar con ella y arreglar todos los problemas que teníamos, o quedarme en la iglesia. Tomé la decisión equivocada y me fui de la iglesia, algo que nunca debí ni de pensar. Tenía que escoger a Dios y Él resolvería todo, pero no, me fui por los sentimientos.

Sobre todas las cosas guardadas, guarda tu corazón, porque de él emana la vida. Y había tomado una decisión que hacía todo lo contrario de guardarlo, de cuidarlo. Estaba destruyéndolo.

Llegué a su casa, hablamos, intentamos arreglar las cosas, pero... las cosas ya no eran como antes.

—Tenemos que darnos un tiempo —dijo Orisi.

—Sabemos que significa eso, terminar.

—No, eso no pasará. Solo será por poco tiempo —cuando me dijo eso, estábamos en su casa. En ese momento, me volví un niño, porque lágrimas comenzaron a salir de mí. La verdad no soy un llorón, pero estaba a punto de hacerlo. No me quería separar de ella, prefería cualquier cosa, que eso.

Buscando Los Brazos de PapáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora