Capítulo 27

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Al llegar, Matilda se dirigió a su casillero para poder guardar su maleta llena con el implementó deportivo.

Dichos casilleros solían se más grandes que los del resto de la universidad ya que estaban destinados para que los deportistas guardaran sus implementos, cosa que ella agradecía, pues de lo contrario tendría que cargar todo el día con el pesado bolso.

Matilda estaba cerrando la puerta de su casillero, pero al notar la presencia de alguien, por reflejo lo cerró de un golpe.

—¿Qué pasa enana? ¿escondes algo? —comentó Martín con sorna al notar el nerviosismo de su amiga.

—¡Estúpido! Me asustaste Martín —comentó la castaña aliviada de que fuera su amigo.

Estando ambos recostados en los casilleros se quedaron un rato más conversando sobre la llegada tarde de Matilda hasta que el rubio no pudo contener más la risa por lo descuidada que era su amiga, sabía que tenía mala memoria pero cada cosa que le pasaba debido a la misma le resultaba bastante cómica al chico.  

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