ii.

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Aunque soy una persona que se mueve bastante, no soy un deportista.

En clase de educación física, suelo pasarlo con las chicas que gustan de verse cada dos minutos en sus diminutos espejos, pues ellas tampoco hacen nada, como yo, y también puedo escuchar sus conversaciones, que más que interesantes -pues no lo son, no creo que hablar sobre la vida de celebridades sea interesante, es decir, son celebridades, de eso viven, de que la gente hable de ellos, aparte de que no les conozco en persona, no le encuentro lo bueno a eso- son una buena distracción.

Por lo tanto, esa clase no era diferente, sólo cambiaba que me había aburrido de escuchar a las chicas hablar sobre una banda surcoreana que había estado de moda últimamente, desviando mi mirada por el campo de fútbol, donde se daba la clase de educación física. El maestro no se había presentado ese día, por lo que nos habían dando algunos materiales para jugar y nos habían dejado salir a hacer lo que quisiéramos. Eso fue genial a mi parecer, así deberían de ser todas las clases de educación física.

Vi a la mayoría de mis compañeros hombres moverse por aquí y por allá, corriendo tras una pelota, botando una pelota, golpeando una pelota. Todo se hacía con pelotas. Eso hizo que sonriera, sin evitar pensar mal por la palabra "pelotas". Entonces, a lo lejos y jugando al baloncesto, miré a un chico alto de cabello rubio que me miraba, sus amigos siguieron con el juego, el chico sin seguir y sus ojos fijos en mi. Sabía que me miraba, tenía esa expresión en su rostro, la misma que hacen todos cuando sólo desean algo de mi, algo que les puedo dar.

Creo que el chico se llama Kim Namjoon, no lo sé, estamos en la misma clase, pero no suelo aprenderme los nombres de todos. Su mirada es pesada sobre mi, él quiere que lo ame, puedo verlo.

Está bien, chico grandote, sonreí y me levanté de las gradas, caminando en dirección a los vestidores, sintiendo como me seguía por detrás. Puedo darte un poco de amor si así lo deseas.

Entré a los vestidores para varones, solitarios y algo oscuros, sólo la luz que entraba por las ventanas en la parte alta de la pared iluminaban dentro. Daba algo de miedo, si lo pensaba bien, era como el ambiente de una típica película de terror con adolescentes, pero esto no era una película de terror, no lo era.

Me di media vuelta, recargando mi espalda en una de las paredes, al lado de las duchas y escondido entre los casilleros. Namjoon me miró de arriba a abajo, sin sonreír, lo cual me puso incómodo, me gustaba cuando me sonreíen. Cuando sus ojos volvieron a los míos, sonreí, y eso pareció ser suficiente para que él sonriera de vuelta.

¿Ven? Es una película de romance, claramente.

-Eres muy lindo, Taehyung. - Susurró, yendo a mi y colocando sus manos grandes en mis caderas. No me sorprendía que supiera mi nombre, todos lo sabían, sabían de mi gran capacidad de dar amor.

-Gracias. Tu también eres lindo. - Devolver cumplidos es bonito, alimenta el alma de las personas.

Me gustan las almas brillantes, aunque no me gusta tocarlas. Las rompería, y ya no serían más bonitas.

Namjoon tiene lindos hoyuelos, sus hoyuelos fueron lo último que vi en él antes de que me cubriera con su gran cuerpo, sus labios sobre los míos y sus manos sobre mi cuerpo.

Me besó con mucha hambre, debía de necesitar mucho amor, pero estaba bien, podía darlo eso y más. Introdujo su lengua casi de inmediato cuando abrí mi boca, dejándole paso después de sentirlo succionar mi labio inferior, y tocándome por debajo de la camiseta de deportes, sus dedos acariciando la piel desnuda de mi espalda. Tomé en puño su cabello, profundizando el beso, y con mi otra mano bajé juguetonamente a tocar su pene por sobre el pantalón deportivo, acariciando el bulto que se hacía cada vez mas grande bajo mi tacto.

chico sexo » yoontae || #TAEGIWEEK18 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora