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Mantuvieron su secreto por meses sin que nadie se enterara, manteniendo sus encuentros de madrugada al mínimo, muchas veces pasaron semanas sin estar a solas y dolía, pero era el precio que debían pagar por estar juntos (así el mundo los condenara por ello).

Lo que eran permaneció implícito entre ellos, sin embargo, era más que claro que se amaban, sus pieles estaban quemadas con las marcas de un amor que nunca ha visto la luz. Se querían más de lo que el mundo puede aguantar en su solitaria y destartalada cabeza, Jaemin mantenía la respiración para no hacer ruido, su lengua en su pecho, ¿qué se puede decir de su corazón? La historia habla, el beso en su mejilla donde no queda más que una marca, le parece oír pasos, le parece ver a su manager entrar al cuarto y arrojar a Jeno al suelo, siente un golpe en su mejilla, oye gritos y ve a Jeno llorar, entonces se da cuenta que él también está llorando, escucha a Chenle suplicándole que los deje en paz y ve el rostro de Jeno cubierto de sangre, ve a su manager patear a Jeno y luego agarrarlo del cuello, lo está ahogando, Jeno intenta patearlo pero es inútil, Jaemin golpea al hombre con todas sus fuerzas para que lo deje en paz pero éste no cede, siente un impacto en su mandíbula y cae al suelo, en su mente queda grabado a fuego el rostro de Jeno cubierto de sangre y con el pecho inmóvil.

La historia habla de un infierno en la tierra, de un sufrimiento más grande que él mismo, pintando su horizonte de rojo sangre, se aferra a algo que sus manos encuentran y cierra los ojos esperando desaparecer;

y cuando los vuelve a abrir se da cuenta que todo se ha tratado de un sueño, está en su cuarto, Jeno sosteniéndolo contra su pecho y los otros miembros rodeando la cama.

Jaemin no deja de llorar a pesar de haber despertado, Jeno susurraba a su oído palabras que solo eran hechas para él y siente como si acabara de caer desde un precipicio.

“No nos vuelvas a asustar así, Jaemin-ah. Tu corazón latía tan rápido que creímos que iba a explotar” exclamó Donghyuck con los ojos humedecidos.

Jeno les pidió que salieran del cuarto para dejarlos un rato a solas y todos obedecieron sin cuestionar, aún un tanto abatidos por lo sucedido.

“no ha pasado nada, no pasará nada, estás bien, estamos bien,”.

Jisung se asomó tímidamente por la puerta del cuarto, el ver a su hyung tan afectado y no poder hacer nada lo había llevado al borde de las lágrimas, se preguntó qué había soñado como para ponerlo en tal estado. Al menos Jaemin estaba más tranquilo con respecto a hace unos minutos.

Recordó como se despertó de golpe al escuchar los gritos de Jaemin, recordó al mayor halando su cabello como intentando arrancarse sus propios pensamientos, tenía sus ojos cerrados con fuerza, no dejaba de gritar, rasguñaba sus brazos, su rostro y gritaba el nombre de Jeno.

El mismo que intentaba despertar a Jaemin del infierno que sucedía en su mente, Jeno quien besó sus párpados y sus lágrimas mientras los miembros observaban impotentes la escena ante sus ojos, completamente pasmados como para cuestionar lo que acababa de hacer.

Jaemin había logrado incorporarse, aún con su rostro con marcas de rasguños y sus manos temblando entre las de Jeno quien besó su frente y luego sus labios, Jisung sonrió al ver que con un gesto tan simple la calma había vuelto a Jaemin como por arte de magia.

Los prolongados ensayos mantuvieron sus pensamientos lo suficientemente ocupados como para olvidarse por un momento de lo sucedido esa mañana, cada miembro estaba en un planeta distinto a pesar de todos estar en el mismo cuarto, permanecían con la cabeza gacha esperando ser llamados al escenario y cuando la música inició, se escondieron tras su fachada pública que sonreía al público y era la imagen perfecta que su compañía les exigía.

• burn the witch • nomin/jaeno shortficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora