Tan solo tu y yo

Algunos ángeles tampoco vuelan

7:15 am 

Me levanté por el sonido de la puerta el ser golpeada. Me asusté, salí sin pensármelo dos veces , miré por el pestillo; era él, con su sonrisa que iluminaba todo a metros de distancia y por increíble que pareciera tras el susto que me había dado yo estaba feliz. Sabía que el día que me esperaba iba  a ser intenso. Abrí la puerta con aquel pijama que tantos recuerdos me traía y me dispuse a ponerme mi mejor sonrisa.

Javier:  buenos días guapa, pensé que lo mejor sería pasar a por ti y que te ahorraras de coger el metro.

Ana: muchísimas gracias de verdad pero no te tenías que haber molestado.

Javier: no es molestia recoger a una persona como tú.

Ana: bueno voy a vestirme y no te hago esperar más que si no se nos hará tarde. Espérame en  ese sofá.

Javier: vale te espero aquí.

No me esperaba esto de él. Es una persona muy cercana de esas que te hacen sentir que ya las conoces, que su simpatía te ayuda a avanzar. 

Me dispuse a vestirme no sabía que ponerme para el casting, ese casting que podía serlo todo o no ser nada. Pensé que lo mejor sería aquel vaquero blanco junto aquella camisa gris que tantas  veces había usado, no me decidía con los zapatos, quería llevar algo alto pero con eso me cansaría rápido y algo plano sería informal. Me acordé de aquellas cuñas que me compré en un mercadillo en Asturias.

Ana: ya estoy perdona la tardanza.

Javier: no pasa nada. venga coge tus cosas y vayámonos ya para no llegar tarde.

Llegamos en aquel momento a su coche. Charlamos sobre cómo la música había cambiado nuestras vidas y como este sueño nos había creado nuevas ilusiones.

El viaje fue muy acogedor y cuando ya habíamos llegado a el parking me miró, me agarró la mano y me dijo:

 Javier: Pase lo que pase debemos seguir unidos, eres demasiado importante para mí y no quiero que nos separemos. ¿te gustaría salir conmigo ?

Ana: yo... no sé que decir acabo de salir de una relación difícil y ahora mismo estoy en sock 

Javier: tómate tu tiempo.