Punto y aparte.

La presencia de Samuel en la cancha.

El deporte apenas iniciaba y la mayoría corrimos por las esquinas de la cancha, comenzando a sentir un dolor muscular en mis piernas que entonces me detuve y pedí un descanso y el entrenador accedió que me dirigí a las bancas y me senté mirando como los demás corrían alrededor. Pero noté que Samuel se acercaba y se sentaba a mi lado, sintiendo después un pequeño nerviosismo al sentir su presencia cerca de mí y sus jadeos por el cansancio por haber corrido.

-Si quieres puedes invitar a alguien-. Y yo lo miré dudoso a lo que Samuel voltea a verme. -Me refiero a la fiesta de este fin de semana. Puedes traer a alguien para que no te aburras o algo así-. Entonces daba un trago a su botella con agua y me la ofrecía.

-Yo tengo agua. Gracias-. Tomo mi botella y bebo de aquella.

-Oye, ¿te molesta si te pregunto algo?- Yo niego con mi cabeza a su pregunta y entonces la suelta. -¿Acaso no eres el chico de ayer que miró por la ventana?- Y me ahogue con mi botella, comenzando a toser por el agua mientras que me paraba de la banca evitando la pregunta. Pero él se levantó y observó como me alejaba para correr con el resto mientras que ahora Samuel corría a mi lado. -No respondiste a mi pregunta-. Y yo lo miré.

-No te oí, perdón-. Mentí.

-¿Eras el chico de la casa que me miraba por su ventana?-. Se detuvo y yo después me detuve y volteo atrás viendo que Samuel estaba a dos metros lejos de mí.

-Posiblemente-. Respondo.

-¿De qué?- Enarcó una ceja Samuel y yo respondo.

-Si no escuchaste algo después en ese día-. Entonces la respuesta se dio, asombrándome.

-No creo, pero, ¿dijiste algo?-. Entonces reí negando con mi cabeza y seguí corriendo, dejando a Samuel atrás.

Me alegraba un instante saber que no haya escuchado algo, pero aún así sentía vergüenza por eso.

-¡Oye! ¡Félix!- Acto seguido me detenía y volteaba a verlo. -Trae contigo alguien-. Me guiño un ojo y de ahí corrió para irse de la cancha.

-¡¿Acaso no tienes deporte?!- Grite mientras Samuel se alejaba y respondía un "No" en voz alta mientras entraba al edificio. Yo entonces sonreí y volví a lo mío. Sufrir en deporte.