Una semana después. De días enteros sin dormir por hacer las tareas que le faltaban.
De días haciéndose adicto a la cafeína, para mantenerse despierto.
De días esperando volver a escuchar la voz de Joel.
Fueron días también que no pudo evitar perderse mirándolo, o intentando descubrir que aroma tenia, chicle, frambuesa, no, tal vez era caramelo.
Ese chico tenia toda su atención.
-¡Joel!- lo llamo antes de que se fuera. -¿Podrías prestarme tus apuntes de Biología?
-No soy tu biblioteca.- dijo el rizado frunciendo levemente el ceño.
-Por favor, en serio lo necesito.
-Ni siquiera me haz devuelto los anteriores cuadernos que te preste.
-Lo sé, es que es mucha tarea y de verdad me he esforzado por acabarla.
-Nadie te obligo a vaguear todo el año y acumularte las tareas.
-Es mi culpa por no estudiar, pero me estoy esforzando. Por favor ayudame.
Joel soltó un suspiro cansado y abrió su mochila, sacó un cuaderno rosa y se lo ofreció.
-¿Algo más su majestad?- dijo sarcástico.
Erick no pudo evitar reír. Joel gruño un poquito y se fue.
Dejando a Erick parado como siempre.
Pasó algo así como un mes en el cual Erick le pedía a Joel prestado sus apuntes de diferentes materias.
Cada cuaderno era de diferente color.
Colores pasteles, claros, fosforescentes. Colores felices, así como el arcoiris.
Cada cuaderno tenia plasmado en la portada en letra cursiva el nombre de la materia correspondiente y en la contraportada siempre tenia pegado a un costado un sticker de unicornio.
Erick lo había notado.
Cuando terminó este mes, terminaron también las tareas que Erick debía.
Al fin acabaron sus noches de desvelo.
Pero también acabarían las pequeñas platicas que tenía con Joel, para pedirle prestado sus cuadernos.
Tenia que devolvérselos todos.
-¡Joel!- lo llamó.
-¿También quieres que te preste mis colores?- dijo burlón.
Erick se rió un poquito. -No, quería agradecerte por prestarme todos tus apuntes. Me sirvieron mucho y pude acabar con mis tareas. Gracias.
Joel notó las mejillas del ojiverde sonrojadas y se puso un poco nervioso. -S-si, pero tienes que devolverme mis cuadernos.- dijo tratando de sonar frío. -Necesito estudiar para los exámenes bimestrales.
-Si, claro. No pude traerlos porque son muchos, pero si me das tu dirección puedo llevartelos por la tarde.
-Mejor te acompaño a tu casa y me los das.- propuso el rizado sorprendiéndose a si mismo, pero no quería que Erick conociera su casa y se tomara la libertad de llamarlo "amigo". Él no buscaba amigos.
Para Erick sonaba emocionante que Joel lo acompañara a su casa. Parecería un chico dejando a su novio en casa después de la escuela, pero no podía aceptar quería saber donde vivía Joel.
-No tienes que hacer eso. Tú me hiciste un favor, yo soy responsable de devolverte tus cuadernos.
Joel no tuvo de otra más que aceptar.
Erick apenas llegó de la escuela estuvo midiéndose ropa, quería lucir lindo para Joel.
Reunió los preciados cuadernos del rizado y se dirigió a la dirección que le había dado.
Tocó el timbre y esperó un par de segundos antes de que le abriera una señora, supuso que era la mamá de Joel.
-Buenas tardes ¿está Joel?- preguntó.
-Hola.- respondió con un sonrisa. -Lo mandé a la tienda un momento, no va a tardar.
-¿Puedo esperarlo?
-Claro, pasa. Supongo que eres su amigo, él no trae amigos pero me alegra ver a uno. Puedes ir a su habitación.- dijo la señora indicándole a Erick donde se encontraba la habitación de Joel.
Erick casi estallaba de la emoción, estaba por conocer el lugar donde pasaba más tiempo su amor platónico, vería la cama en la que dormía, sus cosas y si se apuraba un poco podría buscar su perfume, ese que Joel usaba y hasta ahora él no había podido descifrar su esencia.
Abrió la puerta lentamente y casi suelta los cuadernos de Joel. Su boca y sus ojos se abrieron completamente.
Esperanza, emoción y sorpresa lo inundaron.
¿En verdad esta era la habitación de Joel?
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Unicornios ☆Joerick☆
Fanfiction¿Un unicornio te hace diferente? No copias, adaptaciones u homofóbicos.