Mi objetivo no era que fuese doloroso para él, ni que tuviera mi voz en la cabeza pidiéndole perdón. Lo amo tanto que lo que más quisiera es que él estuviese en calma y viviera feliz, al igual que lo quiero para mi vida. Pero yo estaba condenada, desde el exacto momento en que el rompió ese cristal. Ya no tendría la manera de obtener su perdón, ya no tendría la manera de tener el resto de mi vida, o el resto de mi alma en paz. El para siempre es un tiempo muy largo, y ese mismo tiempo es él que yo estaré teniendo en mi corazón la imagen de la persona que mas amo odiándome.
Las personas nos equivocamos, caemos en palabras de otras personas que buscan el mal en nuestra vida, o en nuestra eternidad. Ninguno es inocente, pero todos merecemos el perdón.
Sí la persona a la cual lastime no pudo perdonarme, entonces menos podré perdonarme a mí misma.
Y como dije, tengo un largo tiempo para meditar lo que hice, a quienes lastime, y el perdón que pide mi corazón. Pero aún así, me quedo con los vagos recuerdos que quedan en mi memoria. Recuerdos hermosos que pase con una de las mejores personas que conocí, así como también hay recuerdos malos, engaños, amantes, cosas que provocan dolor en el alma.
Pero aquí estoy, esperando la segunda oportunidad, que alguna vez podré tener, de atravesar ese fino cristal entre mi niebla y la luz, entre mi dolor y mi amor, entre la vida y mi muerte.
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La Niebla Del Alma
Short Story¿Será la muerte como la pensamos? ¿Existirá la luz al final del túnel?