Todo parecía tan distante, tan lejano. Imágenes que se repetían una y otra vez, y cada vez más oscuras, con más dolor, cada vez mas reales.
El cielo permanecía gris, totalmente cubierto por nubes aún mas grises, las cuales indicaban que en cualquier momento sentiría agua sobre mi.
Camine por esas calles desiertas, casi totalmente desconocidas. El cansancio se apoderaba de mis piernas, sentí desmayarme, sentí caer, pero mis ojos percibieron algo muy familiar, una casa bastante amplía, de dos pisos. Sin pensarlo más de dos veces me acerqué y entre al jardín de la entrada. Como olvidar ese lugar, guarda la gran mayoría de los mejores momentos que viví. Intente ver hacia adentro de la casa a través de un fino hilo encontrado entre la tela de la cortina y el marco de la ventana. Y ahí lo vi a él, el hombre de mi vida.
Fue como un puñal a mi corazón, a mi pecho, a mi alma. Lo extrañaba tanto.
Él se encontraba mirando fotos viejas, dentro de una caja vieja, la caja de los recuerdos le llamábamos. Vi deslizar sobre su mejilla una lágrima, una débil lágrima que desencadenó muchas más, una tras otra, fluían cada vez con mas rapidez. Estire mi mano hacia la ventana y toque el frío cristal que se interponía entre nosotros, quise tocar su mejilla pero claramente no podía, quise abrazarlo, besarlo, pero no podía.
La ventana comenzó a llenarse de pequeñas gotas de agua, las cuales también terminaban en mi, pero yo no las sentía sólo las veía. Y entre la lluvia, el cielo, y el cristal, me quedé horas mirando al hombre que tanto amé, amo, y amaré.
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La Niebla Del Alma
القصة القصيرة¿Será la muerte como la pensamos? ¿Existirá la luz al final del túnel?