Trampas

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GOTAS DE LLUVIA SOBRE MI CABEZA

Fandom: DC

Género: AU -Sci-Fi/Omegaverse

Parejas: Superbat, JayDick, Halbarry como principales.

Derechos: Los personajes pertenecen a DC y los abogados. Yo solo soy un gusanito.

Advertencias: Pues esto no será agradable, hay mucho dolor, sangre, sufrimiento como lo propio de un Omegaverse. Gente mala haciendo cosas malas. Yo pensando mil locuras con eso. Inspirado en la saga "Injustice".

NOTA CLUMSY: Por las dudas, esto que leeréis aquí no es una oda al canon, hay cambios de hechos y circunstancias para mi complacencia pura y vil. Si no estáis cómodos con eso, os invito a partir en busca de mejores historias que os hagan sentiros a gusto.

Gracias por leerme.



***

Trampas.

"Si busco en mis recuerdos los que me han dejado un sabor duradero, si hago balance de las horas que han valido la pena, siempre me encuentro con aquellas que no me procuraron ninguna fortuna."

Antoine de Saint-Exupéry.



Otro día más para Nueva Metrópolis, con sus edificios atiborrados de ciudadanos viviendo en míseros cuartos donde apenas si pueden moverse, llenos de letreros luminosos, las sirenas que siempre están sonando al anunciar tormentas. La lluvia de la noche había dejado una neblina que ascendía por las calles junto con el aroma de orines, cuerpos en descomposición, humo de cigarros hechos con desperdicios y el sopor de la resignación flotando en el ambiente. Pantallas gigantes anunciabas una lluvia ligera para mediodía, aunque siempre parecía de noche sobre la metrópolis. Bruce observaba desde una gárgola de una construcción abandonada la pelea de un numeroso grupo de personas peleando por la comida que un transporte del Régimen había llevado, dejando caer los costales y cajas en el sucio y húmedo suelo. Los perros fueron ahuyentados antes de la riña por una caja de grano pasado, de pronto alguien sacó un cuchillo, otro más y la pelea se tiñó de sangre hasta que los vencedores se hicieron de la comida, dejando heridos en la calle. Una escena que se repetía por toda Nueva Metrópolis, todos los días, a todas horas que los transportes llevaban las raciones al pueblo siempre hambriento, cansado, atemorizado.

-No sé quién es más salvaje, si los perros o esa gente.

-La desesperanza transforma al más noble en una bestia.

-Amaneciste muy filósofo.

-Vamos, tenemos que seguir.

Dick rodó sus ojos, jugando en el aire con sus bastones que cruzó en su espalda al dejarlas atoradas en su estuche, siguiendo los pasos de su padre por los techos encharcados, llenos de escombros y basura hacia la dirección que la tarjeta entregada por Jason le había indicado. Fueron a la zona roja, donde la prostitución era el negocio más prolífico, con todo tipo de mercancía a ofrecer para todos los gustos y perversiones. Al no haber alimento, el sexo era un buen consuelo. Perdiéndose entre los letreros, llegaron a la estrecha puerta de un edificio cayéndose a pedazos, tocando de la manera que habían indicado en la tarjeta. La puerta se abrió con un chirrido suave sin que nadie saliera a encontrarlos. Un largo y húmedo pasillo apareció ante ellos, terminando en unas escaleras que bajaban tres niveles hasta unas compuertas donde Batman insertó la tarjeta, permitiéndoles el paso al abrirse esos pesados metales.

Gotas de lluvia sobre mi cabeza (Arco DC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora