Prisioneros

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GOTAS DE LLUVIA SOBRE MI CABEZA

Autora: Clumsykitty

Fandom: DC

Género: AU -Sci-Fi/Omegaverse

Parejas: Superbat, JayDick, Halbarry como principales.

Derechos: Los personajes pertenecen a DC y los abogados. Yo solo soy un gusanito.

Advertencias: Pues esto no será agradable, hay mucho dolor, sangre, sufrimiento como lo propio de un Omegaverse. Gente mala haciendo cosas malas. Yo pensando mil locuras con eso. Inspirado en la saga "Injustice".

NOTA CLUMSY: Por las dudas, esto que leeréis aquí no es una oda al canon, hay cambios de hechos y circunstancias para mi complacencia pura y vil. Si no estáis cómodos con eso, os invito a partir en busca de mejores historias que os hagan sentiros a gusto.

Gracias por leerme.



***

Prisioneros.

"Lo más difícil de aprender en la vida es qué puente hay que cruzar y qué puente hay que quemar."

Bertrand Russell.



Damian era perfecto. No podía quedarse más tiempo en la Atalaya.

Había nacido en la madrugada cuando la torre estaba más tranquila, irrumpiendo en el mundo con un fuerte llanto de un par de buenos pulmones y un enorme puchero. Tenía ojos azules como su padre, el cabello azabache suave y fino como su piel rosada. Había nacido antes de tiempo, el estrés que Bruce había acumulado desde el estallido de la bomba había mermado su periodo de gestación, adelantándola. Ambos habían estado una semana en el área médica, celosamente vigilados por todo el equipo y también por un protector mayordomo que evitó que más estrés se sumara a sus vidas. Su cachorro estaba sano, muy fuerte, sin ningún problema. Inquieto todo el tiempo que estaba despierto con un hambre voraz y un sueño pesado. El orgullo de su Alfa.

Clark no había sido agresivo con él todo ese tiempo, no al menos de forma directa, era su comportamiento en general el que había asfixiando al Omega sin que pudiera sacarlo de ese estado de agresión permanente, una vigilia posesiva sobre él. Bruce había comenzado a temerle, porque el humor del Alto Consejero era cada vez más inestable conforme pasaban los días y la situación en Nueva Metrópolis era más precaria. Aquella bomba había afectado el clima, alargando un invierno que se extendió sobre una primavera que murió bajo las gruesas capas de la nieve azotando a la población más vulnerable. Los ataques del Clan del Guasón con los movimientos de la Insurgencia y una aparente amenaza de Atlantis hacían que las juntas fuesen más comunes, que las discusiones con Diana aumentaran. Su Alfa regresaba a su recámara siempre de mal humor, despidiendo un aroma que pedía sangre y venganza mientras le abrazaba por su espalda con fuerza, a veces mordiendo la Marca en su cuello, pero sin lastimarle.

Tal vez se debía a la presencia de Alfred que no se inmutaba ante semejante despliegue de furia Alfa, o que él trataba de mantenerse tranquilo, aunque las feromonas de Kent casi le hicieran caer inconsciente al ser demasiado fuertes para combatir. El Vínculo permanecía intacto entre ellos, tan solo era que parecía haber una barrera que le impedía alcanzar la mente del Alto Consejero como lo hiciera en días pasados. Sin esa habilidad, hablar con Clark era muy difícil, el Omega había optado por quedarse callado la mayor parte del tiempo o simplemente asentir. Discutir era mortal, y con su cachorro a punto de nacer lo que menos quería y necesitaba era una amenaza de toda esa ira viviente sofocando la Atalaya. Tal esfuerzo era el que al final había adelantado el nacimiento de Damian, como le nombró en cuanto le vio, hasta entonces el único capricho que su Alfa le consintió.

Gotas de lluvia sobre mi cabeza (Arco DC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora