f i v e

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no quiero dejarte ir...

hola jack ;

se te nota muy triste últimamente...
se que entre Ellie y tú las cosas mejoraron...pero igual sigues triste...¿qué ocurre?
ya no haces tus típicas bromas.
ya no sonríes como antes.
ya no ríes como antes.
te saltas las clases.
llegas tarde a todos lados.
tienes ojeras, y hasta te duermes donde sea.
¿qué te esta pasando?...
odio verte así y no poder acercarme a hablarte...

— anónima.

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13 : 15 p.m

Ya ningún estudiante se encontraba en el colegio a esa hora, o bueno, es lo que pensaba Jack.

No quería volver a su hogar, sólo quería paz y tranquilidad por unos minutos.

Así que fue al patio de la escuela y se recostó en el último árbol del lugar, el del fondo.

La escuela no cerraba hasta una hora, ya que los profesores debían arreglar unas cosas para el baile, así que podía estar ahí sin preocuparse.

Hasta que alguien lo interrumpió.

Era ella...ella misma.

La razón por la que Jack no duerme en las noches, la razón de todos sus sonrojos, la chica que hace que su corazón latiera más rápido.

— ¿J-jack?¿Que hacés aquí?. — preguntó mirándolo confundida, ella se veía igual que él, ojeras marcadas y muy cansada.

— Escapo un rato de la realidad, ¿y tú?. — sonrió levemente sentándose apoyado en el árbol para mirarla mejor.

— Lo mismo...— suspiró sonriendo de la misma manera.

Ambos se miraron por unos segundos creando un gran silencio, para nada incómodo para ellos. Podían hablar a través de esas miradas, esos segundos para ellos eran eternidades de palabras que nunca pudieron decirse.

— Bueno...es mejor que me vaya...no quiero que me castiguen por llegar tarde a casa...— rompió el silencio la chica, abrazando más sus libros que traía entre sus brazos dirigiéndose a la salids hasta que un brazo la detuvo.

Ella se estremeció con sólo sentir su piel, él se sonrojo con tan sólo tocar su brazo.

Al instante ambos cruzaron miradas otra vez, haciendo que sus mejillas comenzaran a arder.

— Te acompaño, no quiero que vayas sola. — dijo el castaño colgando la mochila sobre su hombro.

— No quiero molestarte Jack, no vivo tan lejos. — habló cabizbaja tratando de no hacer contacto visual con el chico.

— No me molestas, vamos enana. — se quedó al lado de ella y antes de avanzar se acercó más a su rostro para poder susurrar algo. — No quiero dejarte ir de nuevo...— susurró mirando directo a sus ojos y se dirigió hacia la salida esperando a que la chica lo siguiera.

________ se quedó petrificada por unos segundos, sus mejillas estaban súper rojas, su corazón latía a mil por hora y las manos le temblaban.

Parpadeo unas cuantas veces hasta que por fin reaccionó y siguió al castaño, aún con la nota escrita entre sus bolsillos, se había olvidado completamente de dejarla en su casillero.

Sólo quería disfrutar este momento con el chico que más amaba en el mundo.

Continuará...

BROWN EYES ; JACK DYLAN GRAZER.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora