R a r o

74 6 0
                                    

Adrenalina, fue lo que sintió correr por sus venas.

Dió un salto por la repentina voz a sus espaldas y luego volteó, su rostro estaba sonrojado. Al notarlo intento cubrirlo lo mejor posible.

–¡¿Que haces aquí?! Vete!–

–Pero es mi habitación.–

Las palabras de su compañero le dieron la idea de darse cuenta que era cierto, había entrado a la habitación ajena sin permiso solo para tomar algo que ni siquiera era suyo para su beneficio.

Estaba mal.

Inmediatamente soltó el abrigo y volteó nuevamente en dirección a la puerta para irse.

–Muévete.–

–¿Cuál es la palabra mágica, Kai?

–Palabra mágica?–

–Por favor.–

–Por favor qué?–

–La palabra mágica.–

–¿Por favor?–

–Esta bien.– sonrió al tener lo que quería.

Kai bufó y salió de la habitación, sus mejillas estaba completamente rojas además de que se notaba por el color de su piel.

Llego a su habitación y se encerró ahí al no querer ver el rostro de su compañero hasta el otro día, se tiró a la cama y quitó de sus zapatos para luego mirar el techo. Estaba confundido respecto a lo que había pasado, sus mejillas no paraban de arder, de solo pensar en su compañero hacían que estas se tornaran rojas y no le gustaba para nada la sensación.

Bufo mientras que se daba la vuelta buscando la manera de poder descansar, al menos así haría que el tiempo pasara más rápido, y no tendría que soportar a su compañero que tanto lo hacía enojar.

Con Ea

Ordenaba sus trajes en el clóset que estaba en su habitación,  como iban a estar ahí por un mes tenia que acomodarse, así que ordenar sus cosas ahí no caería mal. Al terminar se retiró de la habitación, para ir abajo, no sin antes, ponerle seguro a la puerta, quizás algún  intruso podría entrar de nuevo, por lo que tomar precauciones no estaba de más.

Al llegar abajo fue hasta la chimenea para prenderla, se sentó frente a ella y frotó sus manos, el frío se expandía en la casa a pesar de estar con casi todo cerrado, el planeta en donde estaban era el problema, al ser temporada de frío no pudo evitarse pasar este frío, prefería los lugares cálidos, pero ya no quedaba de otra, es aquí donde había escogido Daishinkan‐Sama para una "cálida reconciliación".

El pasar de las horas no se hizo tardar, Kai ya había despertado de su sueño, se frotó un ojo y se sentó en la cama, sintiéndose un poco mejor luego de aquella siesta. Por lo general en su planeta no tomaba estas siestas, tampoco dormía mucho debido al trabajo, pero no era problema para él al ser resistente. Se levantó de la cama dispuesto a ir hacia el salón. Bajo las escaleras con todo el silencio posible para no atraer a el ser que se encontraba con él, lo que menos deseaba era encontrarse con él.

–Despertaste, que alivio.–

Se asustó en cuanto supo que estaba ahí sin siquiera voltearse, creo que no había sido lo suficientemente silencioso por lo que terminó de bajar y se paró detrás del sofá de donde estaba su compañero. Le miro con enfado, aún recordaba lo que había pasado en la habitación, por lo que tal situación lograba que se sintiera avergonzado y enojado.

–¿Cómo supiste que estaba ahí?–

–Pude escuchar como roncabas, luego de eso, te escuché bajar las escaleras.–

Esas palabras bastaron para hacer enojar aún más a el individuo de color morado, se acercó a paso pesado mientras que apretaba sus puños y le tiró una de las orejas antes de ponerse a su lado.

–Te crees muy listo pero realmente eres un patán!– 

–Suéltame Kai, ni siquiera te estoy molestando como para que me trates así, te digo tus verdades. ¿Tanto te duele que lo haga?– Se intento defender de forma tranquila, aunque no podía negar que le estaba doliendo el como tiraba su oreja así que trato de alejarle sin dañarse en el intento.

–¡No es así! Solo estoy cansado de que siempre tengas que humillarme! De que seas tan listo como para hacerme caer, todos van a creerte siempre a ti porque eres lindo y precavido!– Soltó sin querer con enojo mientras que seguía tirandole hasta que se detuvo a pensar en lo que dijo, más porque no oyó respuesta del menor.

Por parte de Ea, no supo que decir, pero si se alivio por sentir el agarre mas ligero, así que inmediatamente se libero poniéndose de pie, sobó la zona agredida y le miró por unos segundos antes de apartar su mirada, el ambiente se volvió demasiado tenso, y con el frío era peor.

–Lo siento, no fue mi intención humillarte, pero como me "odias", tú también buscas la manera de siempre molestarme, así que solo me defiendo. Perdón... por ser eso que odias.–

Dio un paso para irse no sin antes mirarle por ultima vez, se dirigió hacia arriba para poder descansar, o solo quedarse ahí, quería al menos evitar estar en el campo de visión de su contrario para evitar más peleas. No le estaba viendo un futuro a ello, si el mayor le odiaba tanto, toda esta planeación saldría terrible, y terminarían por morir. 


Kai se quedó inmóvil luego de que su compañero se fuera de ahí, pensó en su error y lo mucho que había hablado sin querer. Se avergonzaba de todo, pero también se sentía mal por... decirle todo eso y hacerle sentir mal a él. ¿Por qué se sentía mal por él? Eran enemigos, no. No lo eran.

Se sentó en el sillón ahora él y se quedó mirando la chimenea, si no cooperaba podrían salir mal de ahí, bueno, ni siquiera saldrían para empezar. Al menos debería de darle una oportunidad a convivir, quizás no se conocían del todo, no se dieron el tiempo de entenderse, solo decidieron odiarse por sus simples diferencias.

–Tengo que hacer algo al respecto con esta relación.–


-----------------

Decidí terminar esta historia, pero será corta.

Gracias por leer.<3




¿¡Juntos!? [Kai Y Ea]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora