La luz apenas se filtraba entre las mohecidas y viejas tablas del templo, apenas dejándole observar el lugar en el cual estaba, pero permitiéndole ver claramente entre sus rendijas lo que había fuera.
El estar oculto allí le pareció una eternidad ¿cuánto tiempo es que le tomaba a alguien poder hallarlo en su escondite? No es como sí el juego del escondite fuera tan difícil ¿o es que había subestimado el nivel de ignorancia de sus compañeros de juego?
Harto de esperar que alguien fuera a su encuentro, decidió ponerse de pie sintiendo inmediatamente lo entumecidas que estaban cortas sus piernas por haber permanecido demasiado tiempo en una incómoda posición y con un suave empujón abrió la apolillada puerta frente a él, dejando entrar la escasa luz que le ofrecía el atardecer...
—¡Atardecer! — exclamo tan fuerte como su infantil voz se lo permitió — El huevo frito ya está en el cielo.
Con cortos pero apresurados pasos bajo las escaleras del templo, dejando poco a poco aquel desolado y antiguo lugar atrás. Los pasos que daba con sus pequeños pies resonaban son fuerza sobre el camino de tierra y piedras, mientras inflaba sus rosadas mejillas a más no poder demostrando así su descontento. ¡Esos tontos! ¿cómo se atrevían sus vasallos a olvidar al futuro rey del distrito Kabuki? Era algo inaceptable, por ello es que los buscaría, se proclamaría como ganador del juego y los dejaría sin el honor de jugar con él hasta que volvieran suplicando por su compañía.
Con aquella idea instalada en su cabeza, apresuró sus pasos en dirección al parque de juegos que solían frecuentar, pero por más que diera vueltas y vueltas por la zona donde debía estar el parque... no podía encontrar nada, sólo había casas y más casas.
—¿Me perdí? — se cuestionó a sí mismo mientras se detenía de súbito y comenzaba a observar a su alrededor, la oscuridad de la noche comenzaba a hacerse presente y no dejaba de ver casas que eran absolutamente desconocidas para él. — Mami, me va a matar. —
Por primera vez en el día las facciones de su rostro demostraron el miedo y la preocupación que comenzaba a sentir en ese momento y con esas emociones que se apoderaban de él comenzó a correr de vuelta en la dirección que había venido, pero aquella carrera no perduró demasiado debido a que sus pasos fueron detenidos tras chocar con fuerza contra algo duro que envió su pequeño cuerpo disparado contra el suelo.
—¡Ay! — Lloriqueo llevando su diestra hasta su nariz para así tratar aliviar el dolor que el reciente golpe le había provocado.
—Oi, mocoso, ten más cuidado. Debes mirar por donde andas —
El sonido de esa voz tan familiar lo hizo alzar la mirada con un dejo de esperanza, la cual elimino inmediatamente tras reconocer al hombre frente a él.
—Toshi, llévame a casa — exigió
El hombre de cabello oscuro lo miro por un instante intentando pasar por alto la forma en que le hablaba aquel niño, que apenas llegaba a la altura de su rodilla, para luego tomar el cigarrillo entre sus dedos y exhalar sonoramente el humo del tabaco.
— ¿Quién eres mocoso? ¿te conozco? —
continuara . . .
Hola gente, realmente no tengo demasiada esperanza que alguien lea esto o vaya ser de interés, pero de todas formas me gustaría agradecer a las personas que han llegado hasta aquí.... si es que hay alguien.
¿Y qué dicen? ¿Le gusto? ¿Es aburrido? ¿Esperan más? ¿Quién creen que es el mocoso? Yo creo que es obvio ¿no? JAjaja
Si esto tiene buena aceptación la próxima semana estaría subiendo un nuevo.
*Huevo frito ya está en el cielo* = El mocoso le dice así al atardecer porque la forma del sol y los colores de su alrededor se le asemejan a un huevo frito..... Jajajaj
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El rey del distrito Kabuki
Fanfiction¿Cómo es qué un simple juego de escondite se volvió un problema tan grande?