Malditos

Travesía

Nota 2:

Viajo entre los rieles del metro, salto entre ellos como si ningún peligro presentara, como si nada pasara.

Y es que nada pasa.

A mi espalda, me acompaña la tesista Tür, vamos en busqueda de los familiares de quienes nos encontrábamos en el laboratorio hace unos minutos atrás.
Ambas profesoras se han quedado atrás para averiguar el misterio de éste asunto en el que el Errox parece ser el culpable.

El camino es largo y no sabemos a que nos enfrentamos, pero lo que si observamos al salir de la universidad, es un gran vacío, una ausencia de gente predominaba el lugar.

Pedí dirigirnos en primera instancia a una armería que se encontraba cercana, y es que no sabíamos que podría ocurrir. Y como buena fanática de películas de terror, puedo decir que en éstas situaciones siempre es bueno tener un arma a la mano.

Frecuento la armería para ir por implementos de boxeo o arquería, puesto que suelo entrenar ambos estilos... ¿o quizás debería decir solía?

Los rieles ya faltos de electricidad, no imponían temor alguno. Salto, tras salto, un pequeño sonido de rebote se emitía en los túneles, siendo el único ruido generado a la redonda.

Al salir del primer túnel, se aprecia una vista de la cordillera, las altas montañas a lo lejos, mientras que más cercano al suelo, solo se ve neblina.
Un paisaje que cualquier admirador de silent hill no podría confundir.

Le aviso a Tür que me comunique de cualquier problema ya que usaré mis audífonos lo que resta del trayecto a la armería.

Por fortuna, la noche anterior cargué mi celular, lo que ahora me permite tener un 100% de batería para escuchar música y ponerme en contacto con lo que debe de quedar de señales telefónicas.
Así que ahora, al compás de believer de imagine dragons, comienzo a observar los rieles que al no encontrarse ya en un túnel subterráneo, comienzan a elevarse más aún sobre la ciudad hasta llegar a una altura considerable, la cual pareciera haberles permitido encontrar un equilibrio.

Al cabo de unos minutos, observo un estallido a lo lejos.

Algo me dice, que no debería acercarme más, pero ése algo, es lo que también me dice que la armería se encuentra cerca y pronto deberemos bajar de estos calmos rieles y acercarnos a la conmoción.