Capítulo 7. - "Lo que pasa en el paraíso se queda en el paraíso."

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Narra Sky:

"Lo que te has perdido, tío, ¿hubo suerte con-" Empieza a decir Ashton mientras entra por la puerta de la habitación con voz oleante debido a la gran cantidad de alcohol que sobre supongo que ha ingerido, pero para al darse cuenta de mi presencia en la habitación.

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No dejo de darle vueltas a mi café mientras Bell cuenta como le ganó tres veces seguidas a Luke al billar sin tener ni idea del juego anoche. Yo no dejo de pensar en lo que pasó tampoco. Tuve la misma pesadilla otra vez, pero hacía meses que no la sufría, ya apenas recordaba la impotencia, el miedo, la agonía, el agobio, la nostalgia, la soledad, la inseguridad, la vulnerabilidad, la furia y la culpa que me invadían durante el sueño. Pero si la tuve fué por estúpida. Si no había tomado las pastillas para dormir, por muy cansada que estuviera, no debería haber dormido, y menos en una habitación junto a otra persona. ¿Cómo se supone que tengo que reaccionar la próxima vez que vea a Michael? Teniendo en cuenta que ya me ha visto en uno de mis peores momentos, no hemos empezado a conocernos con buen pié.

Si repasamos la noche podemos contar al menos cinco fallos graves que cometí anoche.

Fallo uno: Por mi culpa se fué de la fiesta en la que sé que se quería quedar por mucho que lo negara, y en la que sé que los demás querían que se quedara, así que probablemente yo ya esté llevando la etiqueta de aguafiestas o de aburrida.

Fallo dos: Llegar a la residencia sin la maldita llave de la habitación como una tonta, lo que le obligó a invitarme a su habitación aún por encima sin ropa para dormir obligándole a prestarme prendas para ello igualmente.

Fallo tres: Uno de los peores. La contestación que le ladré cuando le estaba pidiendo una sudadera. Él siendo de lo más amable conmigo y yo voy y le contesto de lo más borde, solo me faltó insultarle.

Fallo cuatro: La que monté con la pesadilla. Primer día que nos conocemos y tiene que aguantar eso, y aún por encima calmarme, aún que seamos sinceros, añadiré que no podía haber escogido una mejor forma para calmarme.

Fallo cinco: No tiene que ver con Michael pero sí con Ashton. Hablo del hecho de entrar en la habitación. En su habitación y vernos a Michael y a mí saltando en la cama y bailando como unos niños, y yo con la ropa de Michael puesta.

Por cierto, la sigo llevando puesta.

Ahora mismo son las tres y cuarto de la tarde y Bell, Ann y Andie estamos en la habitación de Ann y yo, contándonos qué pasó la noche anterior. Yo sigo temiendo que llegue mi turno. Estamos todas con la ropa con la que hemos dormido, almorzando. Aún que teniendo en cuenta que nos hemos levantado hace muy poco y nuestra comida se basa en café, Cola-Cao, galletas, zumo y magdalenas deberíamos considerarlo más un desayuno que un almuerzo, pero será mejor aprobechar que hoy es nuestro último día sin horarios; mañana empiezan oficialmente las clases.

"Sí, creo que eso fué lo mejor de la noche." Concluye Bell, aún que no le haya prestado atención a nada de lo que dijo después de lo del billar. "Oh, ¿y qué fué lo mejor de vuestra noche?" Nos pregunta.

"Yo supongo que me decanto por cuando tiraron a Tristan a la piscina, o fuente o lo que fuera eso, y acabó todo el jardín y todo el que estaba en él llenos de espuma de jabón." Comparte Ann. Vale, igual me precipité un poco yéndome de la fiesta, pero lo hecho, hecho está.

"Pues yo creo que mi momento favorito fué el mini concierto en el Canal Wrope Tavern." Miento. Mi momento favorito de la noche, aún que me cueste a mí misma admitirlo, fué cuando Michael y yo nos pusimos a bailar como niños posesos en su habitación, de hecho lo nombraría mi momento favorito del verano, pero las chicas aún no saben nada de lo que pasó en la habitación de Mike y seguirá siendo así hasta que me vea obligada a contarselo. Creo. "¿Qué?" Les digo cortante, sin ni siquiera hacer tono de pregunta al notar sus miradas. "Si esperabais que mi momento favorito fuera en la fiesta cuando sólo pasé como quince minutos en ella pues siento mucho defraudaros." Ellas ríen. Me encanta el hecho de poder ser contante con El Grupo y que no les parezca mal, en otras palabras, me encanta que a ellas les guste yo, mi verdadero yo, tal y como soy sin necesidad de fingir delante de ellas.

"Pues yo definitivamente no me podría decidir." Nos dice Andie.

"No nos mientas, put*a" le responde Ann. "Tu momento favorito de la noche fué tus siete minutos en el paraíso con Calum."

"¡¿Siete minutos en el qué?!" Digo yo sorprendida.

Bell empieza a explicar. "Justo cuando te fuiste empezamos a jugar a prueba o verdad-"

"Como los niños de nueve años." Le interrumpo yo.

Ella rueda los ojos y sigue. "Pues en una ronda Andie escogió prueba y Feith le retó." Tristan, Feith... Demasiados nombres que no conozco. "Y le retó a siete minutos en el paraíso con Calum. ¿Sabes lo que es?"

"Me ofendes." Le respondo a Bell, dejándole claro que sí sé lo que es. Es simplemente que encierran a dos personas en una habitación, un cuarto o un armario durante siete minutos, y ahí dentro pueden hacer lo que quieran, jurando que «lo que pasa en el paraíso se queda en el paraíso». Ts.

"Oh vamos, solo nos tumbamos cada uno en un extremo de la cama a hablar." Se defiende Andie.

Y le creo. Andie no es de esas chicas que se dejan morrear o manosear por el primero que pasa. "¿Y de qué habéis hablado?" Mi curiosidad habla por mí.

"Secreto." Responde muy claramente. "No es nada malo. Solo de tonterías, suposiciones de rollos entre parejas al azar, opiniones sobre gente y bandas de música. Poco más. ¿Y tú que tal con Michael?" Se dirige ahora a mí, notándose a leguas su intento de cambiar de tema.

"Pues nada en especial." Les digo.

"Venga, no nos mientas tú también." Ann bromea. "Cuéntanos, ¿hasta dónde te metió la lengua?" Y con esa pregunta y su especial forma de formularla nos hace a todas estallar en risas, hasta a mí se me escapa una lágrima de la risa. "Ahora en serio, alguna explicación tendrás de porqué llevas ropa que no es tuya.

"¿Qué? ¿Como sabes que la ropa es de Michael?" Le digo.

"¿Qué? Lo decía en broma, ¿llevas puesta la ropa de Michael? ¿Por qué y dónde está tu ropa?"

Mierda.

-x-

HEY, ya estoy en mi cashita con mi wifi, y como no tengo nada más que contar pues me quejo. Son las seis de la mañana, llevo tres días apenas sin dormir, estoy cansada, tengo hambre, tengo frío y me duele la oreja. Porque por cierto, me hice cuatro pendientes más (a todo esto me los hizo una amiga en casa) y uno de ellos se me infectó :-) Bueno, aún que esta historia la lee poquita gente quería agradecer los comentarios y votos, ví que una chica me lee desde Venezuela y me dice que escribo muy bien y le gusta la historia, y eso significa mucho para mí. El maratón de Hospital Of Souls lo subiré mañana o pasado y pues nada, os dejo una foto de Andie, admirad su beiesa. ¡Besos y gracias!

fire | m.c.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora