Hayley maquillaba su rostro mientras imaginaba como sería su noche; borrachos por todas partes y alcohol por doquier. Aquello se lo debía a su trabajo, que aunque no era de lo mejor, le daba el suficiente dinero para poder vivir. Se enfundó en sus típicos vaqueros y su camisa blanca. En sus pies colocó unos zapatos de tacón color negro, su preferido.
El Nights of life, su lugar de trabajo, era un trillado club nocturno entre los jóvenes. Llevaba un año trabajando en él. El dueño, un antiguo compañero de instituto, había aceptado contratarla alegando que así tendría alguien de confianza en su club.
Salió por la puerta de su pequeño apartamento con una mochila que contenía uno de sus libros, un espejo, un paquete de chicles de menta y dinero. Metió su móvil en el bolsillo trasero de sus vaqueros, y conectado a él se encontraban sus auriculares dirigiendo la música hacia sus oídos, que apreciaban el sonido. Dio la vuelta al pomo de su puerta corroborando así que estaba bien cerrada, guardó sus llaves en el pequeño bolsillo de la mochila y se encaminó al club dando un paseo por las calles de su ciudad.
La castaña caminaba sumida en sus pensamientos mientras andaba. Chocó contra un cuerpo, ni siquiera miró el rostro de aquel individuo, murmuró un débil “lo siento” mientras seguía andando. El chico con el que se había tropezado la observó, mientras la ojigrís seguía su camino. James apartó sus ojos de ella y siguió su trayecto, pensando en aquella menuda castaña que no debía tener más de 18 años, tres menos que él.
James entró en su coche para dirigirse a un nuevo club. Le habían hablado muy bien de él, y le habían prohibido la entrada al antiguo club al que solía asistir; todo gracias a un pelea que él ni siquiera había comenzado, el otro muchacho había derramado su bebida sobre James y se negó a pedirle disculpas, le dio un empujón al moreno y así comenzó todo.
Aceleró su coche al estar cerca del Nights of life y aparcó en el primer hueco que vio. Bajó y cerró la puerta con un brioso golpe. Se dirigió a la entrada y pasó saltándose la larga fila que había, el guarda le dirigió una mirada y le concedió el pase. James era conocido por todos, gracias a su fama de problemas.
Hayley cogía las bebidas de la barra, las dejaba en alguna mesa y volvía a empezar. Descansó unos minutos y observó su alrededor, los cuerpos alcoholizados y sudorosos de los jóvenes sobraban en aquel lugar, volvió a su trabajo y terminó su turno. Salió por la puerta de empleados con la mochila y todas sus pertenencias dentro de esta, escuchaba el repiqueteo de sus zapatos mientras caminaba por los lúgubres y solitarios callejones.
Unos dedos se enroscaron alrededor de la delicada muñeca de la ojigrís y tiraron de su cuerpo haciéndola girar toscamente. La castaña observó confundida al extraño que la sujetaba. Acercó su rostro al de Hayley.
—¿Qué hace una chica tan guapa sola por estos callejones, y a estas horas?— inquirió con su aliento apestando a alcohol.
—Irme a mi casa, ¿No lo ves?— respondió molesta.
ESTÁS LEYENDO
Broken (PAUSADA TEMPORALMENTE)
Teen FictionLe advirtió que la rompería, pero aún así se enamoró. Obra registrada en Safe Creative con el número 1902119924309.